Vídeo análisis de Rising Hell

Montones de demonios sedientos de sangre te esperan en Rising Hell mientras intentas escapar de un infierno lleno de peligros en cada rincón.

La desarrolladora Tahoe Games, en colaboración con Chorus Worldwide y Toge Productions, nos trae un trepidante juego de acción y plataformas vertical de estilo roguelike en el que toca enfrentarse a legiones de demonios para intentar escapar del infierno, Rising Hell. Este título, que anteriormente se encontraba en acceso anticipado, llegará a partir del 18 de Mayo a Nintendo Switch, PlayStation 4, Xbox One, Xbox Series X|S y PC, contando con un estilo gótico en pixel art y una banda sonora heavy metal que le aporta mucha intensidad y frenetismo a la aventura.

Su historia nos habla de Lucifer, quien se ha declarado en rebeldía y ha traicionado a sus hermanos por su sed impía de destronar el Cielo, iniciando así una gran guerra contra todas las legiones. Pero todos sus esfuerzos fueron futiles, quedando sellado su indefenso cuerpo por el Cielo y atado a las raíces de un árbol para que éste crezca y se convierta en el enorme Zaqqoum. Los reinos del Infierno se crean entonces en su interior, una prisión en la que los ejércitos de demonios caídos de Lucifer esperan a su rey.

Aquí nos ponemos en el papel de un pecador que tiene un misterioso poder para matar demonios, Arok. Impaciente por salir, busca la manera de romper el sello de Lucifer, para lo que antes deberá acabar con los cuatro Archidemonios que custodian estos reinos.

Tal y como veis, no se trata de una trama demasiado profunda u original, pero nos da un buen motivo para ir avanzando por sus diferentes salas, acabando con todos los enemigos que salen a nuestro paso. Se agradece también que todos los textos nos lleguen en perfecto castellano para que podamos seguir su historia y comprender las mecánicas sin problemas. Como curiosidad, este argumento se puede disfrutar a través de una novela gráfica gratuita llamada Rising Hell Origins en la cuenta oficial de twitter del juego, a la que podéis acceder desde aquí.

En cuanto a mecánicas, Rising Hell es un título de plataformas y acción de estilo roguelike en el que las salas se generan aleatoriamente cada vez que comenzamos una nueva partida, con un planteamiento muy vertical en el que nos toca escalar por diferentes zonas acabando con los enemigos y evitando las diversas trampas vivas que nos esperan. Como en todo juego de este estilo, si nos matan debemos comenzar desde el principio, aunque cuenta con un sistema de progresión con el que podemos conseguir diversos útiles que poco a poco irán facilitando esta tarea.

Los controles son muy sencillos, pudiendo realizar un salto doble, atacar, utilizar un impulso para esquivar e incluso interactuar con ciertos objetos, respondiendo estos de manera correcta. También hay otros movimientos más avanzados como rebotar en las paredes o asaltar a los enemigos cuando saltamos sobre ellos. Cuantos más combos encadenamos, más fuertes se vuelven los ataques de nuestro personaje, perdiendo este medidor tras pasar un tiempo o al recibir daños.

Lo más destacado es que al acabar con los demonios conseguimos almas que podemos invertir en conseguir talentos y artefactos que son muy útiles durante las batallas, aunque de los tres disponibles sólo podemos coger uno por cada zona. También existe la plaga, la cual podemos invertir en que aparezcan nuevos pilares de talentos y artefactos o bien, entre partidas, en nuevos personajes y utensilios que quedarán desbloqueados para siempre, teniendo estos una serie de ventajas y desventajas sobre el resto.

Los enemigos son bastante variados a lo largo del desarrollo, cada uno con sus propios ataques y movimientos que nos toca estudiar para acabar con ellos recibiendo el menor daño posible. Por otro lado también encontraréis minijefes a mitad de nivel que cuentan con bastante más vitalidad y varios patrones de movimiento, así como poderosos jefes al final de cada fase que os pondrán las cosas más difíciles al variar su comportamiento dependiendo de la salud que tengan. Hemos de comentar que, además de montones de almas, algunos dejan caer plaga y ciertos útiles para la aventura.

Por otra parte, los escenarios son muy verticales. Al avanzar de una zona a otra ya no podemos regresar, teniendo que pensar bien cada paso que damos si no queremos dejar atrás alguna reliquia o talento interesante. Estos suelen ser lineales y, aunque a veces su diseño nos resulta muy similar por zonas, al final nos esperan diferentes elevadores que nos llevan hasta otros lugares para evitar la sensación de repetición. Al principio son bastante sencillos de superar, pero poco a poco se van añadiendo nuevas trampas como pinchos, plataformas móviles o sierras que se desplazan para hacer que el desafío sea más gratificante.

A lo largo de estos niveles también hay salas muy interesantes, como la Cámara de la Avaricia, en la que podemos conseguir muchas almas enfrentándonos a montones de enemigos y trampas que elevan la dificultad, y El Tesoro del Bromista, donde podemos canjear almas por útiles y conseguir más almas a costa de vitalidad o viceversa.

A medida que vamos avanzando y nuestro personaje muere, se nos recompensa con cierta cantidad de experiencia según nuestros resultados y, cada vez que subimos de nivel, aprendemos nuevos talentos, ganamos plagas o reliquias que van facilitando la tarea de avanzar en el juego. En total hay hasta 40 niveles de experiencia disponibles, y llegar hasta el último puede llevaros mucho tiempo.

Tenemos tres personajes a nuestra disposición (Arok, Zelos y Sydna), aunque dos de ellos hay que desbloquearlos antes utilizando plaga. Estos no solo se diferencian en durabilidad, poder, agilidad y velocidad, sino que cuentan con una serie de características que los hacen únicos y se sienten distintos a los mandos. Por si fuera poco, según completéis la campaña podréis desbloquear nuevas dificultades de agonía.

Hay dos modos de juego: Conquista, que es la campaña del juego donde descubrimos la historia del Infierno y luchamos por los distintos reinos, y Guantelete, lugar en el que nos enfrentamos a diversos desafíos que vamos desbloqueando para poner a prueba nuestra habilidad. Completar la aventura principal puede llevar más o menos tiempo según la habilidad de los jugadores, con algunos que podrán completarlo en pocas horas. Pero los diferentes niveles de agonía, los personajes, el modo redención (que nos da tres vidas a costa de perder ciertos extras) y las dos modalidades de juego le aportan mucha rejugabilidad.

Para finalizar, su apartado gráfico utiliza un estilo gótico pixelado bastante atractivo, cuyos diseños recuerdan por momentos a Devil May Cry, con personajes bien creados y animados, efectos trabajados y escenarios que, si bien repiten bastantes elementos por zonas, cuentan con diferentes biomas para aportarle más variedad. Todo ello, por supuesto, funcionando de manera fluida para que la jugabilidad no se resienta. Por poner alguna pega diremos que a veces hay trampas y enemigos que apenas se distinguen del escenario y no sabemos cuando nos atacan, pero tras unas partidas os acostumbraréis.

En el sonoro encontraréis melodías cañeras de heavy metal que concuerdan a la perfección con la temática del juego y le aportan mucho ritmo a la aventura. Los efectos están cuidados y las pocas voces que encontraréis están en inglés, con un doblaje bastante bueno y al oscuro estilo de la música. Los textos, como os hemos avanzado, nos llegan en castellano.

Como conclusión, Rising Hell es un título que, dentro de su simpleza jugable, sabe como entretener con combates ágiles, jefes desafiantes, escenarios con mucha verticalidad llenos de trampas y caminos, varios talentos y artilugios a desbloquear, y un apartado audiovisual notable. En lo negativo diremos que le falta algo más de variedad al desarrollo y que es un poco corto, si bien los diferentes personajes, artilugios, modos y dificultades le aportan mucha rejugabilidad.

Si buscáis un juego en el que acabar con montones de demonios mientras disfrutáis ascendiendo por el infierno con música metal, Rising Hell saciará vuestra sed de sangre.

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