Vídeo análisis de Aka

Embárcate en una emotiva aventura junto a un soldado panda rojo retirado que busca la paz interior con Aka.

La editorial Neowiz y la desarrolladora Cosmo Gatto nos traen una nueva aventura saludable en la que nos toca ayudar a diversas criaturas realizando tareas como un panda rojo que busca la paz mientras descubrimos secretos de su pasado, Aka. Ya disponible para PC a través de Steam y en Nintendo Switch, aquí tendréis que explorar su mundo, encontrar recetas, cultivar o participar en algunos minijuegos que podréis descubrir con nuestro análisis.

Su historia nos pone en el papel de un panda rojo llamado Aka que, tras finalizar la guerra como soldado y retirarse, decide viajar a la Isla del Pino para buscar la paz, tal y como le aconseja su amigo Thom. Una vez que llega allí en su barco, descubre que su compañero le está esperando, ofreciéndole un nuevo hogar y una vida ayudando a otros habitantes del lugar. A partir de este momento comienza nuestra aventura, donde intentamos buscar la redención mientras descubrimos los secretos del pasado de Aka.

No os dejéis engañar por su adorable fachada, el juego esconde un lado bastante más oscuro que nos narra algunas de las vivencias del protagonista en la guerra y las acciones que tuvo que llevar a cabo para sobrevivir. Es bastante interesante ir descubriendo los detalles de su pasado al completar las tareas que nos encomiendan los habitantes del lugar y poco a poco desentrañar la verdad, destacando en este sentido los mensajes secundarios que va dejando el juego, como tener cuidar el planeta reciclando o el valor de la amistad.

En cuanto a mecánicas, estamos ante una aventura que se desarrolla desde una perspectiva isométrica donde debemos conversar con los lugareños y realizar las tareas que nos encomiendan, teniendo para ello que recoger todo tipo de útiles de los escenarios que después podemos usar para crear nuevos útiles, ya sea desde el inventario o ciertos lugares habilitados para ello. Pero antes necesitamos todo tipo de herramientas para recolectar materiales, como una espada que ya solo se usa para cortar pequeñas hierbas o bambú, un hacha con la que conseguir madera, un pico para deshacernos de rocas o un escardillo y regadera para cuidar nuestros cultivos.

Todos los materiales que conseguimos se almacenan en un inventario de espacio limitado que podemos aumentar ligeramente al crearnos una mochila. Junto a este lugar, tenemos un menú de creación en el que dar forma a diversos útiles utilizando las recetas que hayamos obtenido con anterioridad, requiriendo estos ciertos materiales y, en algunas ocasiones, estar junto al objeto oportuno.

Hemos de decir que realizar ciertas tareas no resulta demasiado cómodo o preciso cuando usamos el mando, algo que se nota mucho más natural con el teclado y el ratón. Por poner algunos ejemplos, los menús del inventario y creación son un tanto liosos al comienzo de nuestro viaje, mientras que colocar o recoger ciertos objetos no es tan preciso como nos gustaría. Son problemas menores y que pueden solucionarse en futuras actualizaciones, aunque molestan en los primeros compases.

Por otro lado, algo que nos ha encantado del juego es explorar las distintas localizaciones. Hay un total de cuatro islas: Isla del Pino, Isla del Bambú, Isla de la Palmera e Isla del Arce. Cada una tiene sus propia ambientación, lugareños, ingredientes y misiones a superar, siendo lo mejor de todo que hay varias zonas ocultas a las que solo podemos acceder por pequeños recovecos o personajes que aparecen a determinadas horas del día con sus propias misiones. Además, podemos ir a pie, en barco o bien nadar en algunos lugares.

Las misiones que nos ofrecen en su mayoría suelen estar relacionadas con crear algún objeto y entregarlo, para lo que tenemos que limpiar cada rincón de los escenarios en busca de los materiales que necesitemos y su respectiva receta. También hay otras en las que nos toca dar la respuesta correcta en una conversación o hacer uso de pociones, pero no esperéis nada demasiado original.

Suelen ser tareas sencillitas, sin muchas complicaciones, aunque es verdad que nos hemos encontrado algún que otro bug en el que no nos han entregado una receta y hemos tenido que reiniciar la partida al no poder avanzar. Se agradece que no sea una aventura demasiado extensa, lo que nos ha permitido alcanzar el mismo punto de la partida en poco tiempo. Aun así, esperamos que estos problemas sean solucionados en un futuro próximo.

Como buen panda rojo, a Aka le gusta vaguear siempre que puede, por lo que podréis echar una siesta, sentaros o tumbaros en diversos lugares de los escenarios, lo que a veces os permitirá descubrir algún que otro secreto interesante. A modo de extra, podréis equiparle a Aka algunos sombreros a lo largo de la aventura para modificar ligeramente su aspecto.

La duración de la aventura no es larga, pero sabrá entreteneros durante unas horas. Además hay algunos minijuegos interesantes, como tocar varios instrumentos al ritmo de la música o, el más destacado, un juego de cartas en el que cada una tiene una serie de propiedades únicas a aprovechar para intentar reducir la vitalidad del rival a cero mientras nos defendemos. En general son batallas sencillas, aunque el desafío final requerirá que tengáis las mejores cartas, las cuales se obtienen venciendo a otros jugadores por el mundo del juego o bien al realizar otras tareas.

Su apartado gráfico resulta muy llamativo, con personajes y escenarios dibujados a mano cuyos diseños desprenden simpatía y colorido, buenos efectos como la transición entre el día y la noche, y variedad de localizaciones. También cuenta con algunas escenas para narrar los momentos álgidos de la aventura mediante ilustraciones similares a las de los cuentos. Es cierto que algunas animaciones, texturas o ciertos detalles son mejorables, pero en conjunto cumple y le sienta bastante bien a la estética del juego.

En el sonoro no encontraréis una gran cantidad de melodías, pero las que hay nos han parecido bastante buenas y acompañan bien a la hora de viajar o realizar tareas. Los efectos de sonido no están nada mal y, aunque no hay voces, los textos están disponibles en varios idiomas, entre los que se encuentra el español. Hemos de decir que hay algún que otro texto sin traducir y ciertas erratas, aunque nada demasiado importante.

En definitiva, Aka sabrá encandilaros por su aspecto, la historia de fondo o por la simpatía que desprende la aventura, siendo un viaje entretenido y con minijuegos que le aportan algo de variedad al desarrollo. Peca de tener tareas un tanto repetitivas, ciertos bugs o un control con el mando que no es todo lo satisfactorio que nos gustaría, con algunos fallos a mejorar durante futuras actualizaciones. Al ser un juego cortito, estas carencias se hacen más llevaderas.

Aún con sus defectos, pensamos que Aka es un producto que merece la pena descubrir y que os ayudará a relajaros mientras exploráis sus pacíficos parajes, lanzándose además a un precio reducido que lo hace más apetecible.

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