Vídeo análisis de Lone Ruin

Ponte en la piel de un explorador y prepárate para adentrarte en unas peligrosas ruinas con el shooter roguelike Lone Ruin.

La marca editorial Super Rare Originals y la desarrolladora Cuddle Monster Games nos traen un nuevo shooter roguelike de doble stick en el que os enfrentaréis a poderosas criaturas mientras aprendéis y mejoráis hechizos, Lone Ruin. Disponible en Nintendo Switch y PC a través de Steam el 12 de enero, estamos ante un título de estilo arcade que basa su diversión en la rejugabilidad y que podréis descubrir con nuestro análisis.

Su historia nos pone en el papel de un explorador que busca un misterioso poder ancestral y limpiar el lugar de la corrupción, lo cual lo lleva hasta una ciudad mágica en ruinas construida sobre una fuente de magia que usaban los antiguos magos para potenciarse y transformarse. Pero para llegar al fondo de este lugar antes deberá luchar contra todo tipo de enemigos. Es una trama muy simple cuya única función es la de darnos una excusa para adentrarnos en las ruinas y acabar con las diferentes oleadas de rivales.

En cuanto a mecánicas, Lone Ruin es un título de acción roguelike de doble stick, lo que significa que tenemos un stick para desplazarnos y otro para apuntar mientras usamos los hechizos que hayamos aprendido y mejorado. Aquí podemos llevar hasta un total de cuatro hechizos que se asignan a los diferentes botones superiores del mando (o al teclado y ratón), además de tener cinco espacios dedicados a habilidades pasivas, un espacio limitado para el dinero y un impulso para esquivar los ataques de los rivales.

Los hechizos y los impulsos necesitan un tiempo de recarga, aunque se puede reducir con mejoras hasta cero e incluso ampliar sus capacidades para que avanzar sea más sencillo. Si algún hechizo no os convence, siempre podéis quitarlo para dejarle el espacio a otro e incluso recolocarlos. Comentar también que podéis incrementar el espacio para el dinero, el cual es muy útil al visitar las tiendas para comprar todo tipo de ayudas. Lo mejor es que al principio de cada partida se nos ofrecen algunos hechizos potenciados, invitándonos a ir probando otros diferentes cada vez que visitamos las ruinas.

Nada más comenzar veréis que hay dos modos de juego, “Jugar” y “Supervivencia”, así como tres dificultades disponibles: fácil, media y difícil. Jugar es la campaña principal de la aventura, en la que tendréis que visitar un total de 21 salas en las que os enfrentaréis a diferentes oleadas de enemigos. Al superar cada una de las salas, normalmente podréis elegir dos caminos que os llevarán hasta diferentes recompensas, ya sean aprender y mejorar los hechizos, las habilidades pasivas, obtener dinero, salud o acceder a la tienda, entre otros. Además, cada siete niveles os enfrentaréis a poderosos jefes con diferentes patrones de movimientos.

El modo Supervivencia, como su propio nombre indica, se centra en sobrevivir durante diez minutos a las diferentes oleadas rivales, todo mientras intentamos acabar con el mayor número posible para alcanzar mejores puntuaciones. A medida que derribamos enemigos obtenemos experiencia con la que subir de nivel y, en consecuencia, desbloquear mejoras para nuestros hechizos, aprender otros nuevos o ganar habilidades pasivas. Es muy divertido y en los últimos minutos puede llegar a ser abrumador por la gran cantidad de criaturas que se muestran en pantalla.

El mayor cambio a la hora de elegir dificultad lo encontraréis en el número de corazones de nuestro protagonista, que tendrá tres, cinco u ocho según la elegida, y en los jefes, los cuales se mostrarán más agresivos y utilizarán una mayor cantidad de movimientos en las dificultades más altas. Los enemigos normales también son más numerosos y agresivos, aunque no son cambios tan notables en este sentido.

Los escenarios, recompensas y enemigos de Lone Ruin, como suele suceder en el resto de roguelike, se generan aleatoriamente, así que cada partida se siente diferente a la anterior. Por un lado es bueno, ya que evita ligeramente la sensación de estar haciendo todo el rato lo mismo, pero por otro dependemos mucho de la suerte que tengamos en esa partida a la hora de recibir las recompensas que necesitamos para avanzar.

No es un juego en el que consigamos mejoras para partidas posteriores, sino que se centra en ir aprendiendo las debilidades de los rivales y refinando nuestro manejo para ir aumentando nuestros resultados y puntuaciones. Estas puntuaciones quedan reflejadas en tablas de clasificación online según el modo y la dificultad elegida. Y gracias a ellas se consigue un alto valor de rejugabilidad para un título que no es demasiado extenso, estando centrado en partidas rápidas al más puro estilo arcade.

En general es un juego adictivo por lo cuidada que está su jugabilidad, lo diferentes que se sienten todos los hechizos, ya sean para el combate cuerpo a cuerpo o a distancia, y lo desafiante que resulta en las dificultades más altas. Donde falla es en la variedad, ya que a pesar de tener tres estilos de localizaciones diferentes, estas se sienten demasiado parecidas entre sí y en poco tiempo os dará la sensación de estar haciendo lo mismo una y otra vez. En cuanto a enemigos, estos son algo más variados, apareciendo otros nuevos según profundizamos en las ruinas.

Su apartado gráfico cuenta con una mezcla entre personajes pixelados y escenarios tridimensionales, todo con un aspecto retro y una perspectiva isométrica que lo hace muy atractivo. A ello hay que sumarle unos efectos cuidados como explosiones, la iluminación o la niebla. Como hemos adelantado, peca de tener pocas localizaciones y parecerse demasiado entre sí, lo que puede llegar a cansar tras unas partidas. Eso sí, funciona con mucha fluidez.

En el sonoro no encontraréis demasiadas canciones, pero las que hay nos han parecido muy buenas, siendo de corte electrónico y muy cañeras para aportarle frenetismo a nuestras partidas. Los efectos también están a un buen nivel y los textos se encuentran en varios idiomas, entre los que está el español. Hemos de decir que hay algún que otro texto sin traducir, pero nada demasiado preocupante.

Como conclusión, Lone Ruin es un título de estilo arcade que sabrá engancharos por sus cuidadas mecánicas, sus desafiantes niveles, los dos modos de juego disponibles y las tablas de clasificación online, que le añaden una gran rejugabilidad. Nos hubiera gustado ver una mayor variedad y cantidad de localizaciones, así como algún que otro jefe más, siendo en este sentido algo sencillo y dando a la larga una sensación de repetición. Aún con sus defectos, pensamos que podéis engancharos a poco que os atraiga su fórmula.

Si os gustan los shooter de doble stick con un desafío a la altura, pensamos que Lone Ruin sabrá satisfacer vuestras necesidades, con un precio bastante bien ajustado para lo que ofrece.

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