Impresiones de The VIC 20

40 años después regresa uno de los ordenadores más exitosos de los 80, The VIC 20, una reimaginación del clásico pensado para los más nostálgicos.

The VIC 20 es la reinvención del clásico ordenador lanzado en 1981, el primero que consiguió superar la barrera del millón de unidades vendidas en su época gracias a su buena relación calidad/precio, y la versión limitada del The C64 lanzado el año pasado. Esta nueva versión desarrollada por Retro Games y distribuida por Koch Media incluye un completo teclado de trabajo, un joystick actualizado, nuevos puertos USB y HDMI para adaptarse a los tiempos que corren y todo el cableado necesario para su funcionamiento. Como es normal, también incluye una serie de juegos preinstalados, así como la posibilidad de actualizar el firmware por USB o incorporar más juegos y programas a través del dispositivo.

Lo primero que queremso comentar es que podemos elegir entre dos modos de inicio: el Clásico, que nos permite manejar el ordenador con los programas originales de VIC-20 BASIC o C64 BASIC en PAL y NTSC, y el Carrusel, donde elegimos uno de los 64 juegos preinstalados. El primero, como es lógico, está más pensado para aquellos que se manejen bien con el lenguaje de programación, el cual les permite incluso ejecutar sus propios programas o juegos mediante dispositivos externos conectados por USB. El segundo es más accesible y permite elegir un juego sin demasiadas complicaciones y varios modos de visualización y filtros.

Y hablando de juegos, tenemos un total de 64 preinstalados, encontrando géneros de todo tipo. Podréis ver juegos de VIC-20 como Arcadia, Laser Zone, Gridrunner o Mega Vault, y otros de C64 que incluyen clásicos como California Games, Paradroid o Boulder Dash, entre muchos otros. En cuanto a opciones de visualización, hay juegos que funcionan a 50 o 60Hz y encontraréis filtros para jugar en Pixel perfecto, Europeo 4:3 o Norteamericano 4:3, además de sus respectivas versiones con CRT activado. En general la selección no está nada mal y se juegan perfectamente, si bien hemos encontrado algunas excepciones en las que la pantalla sale un poco cortada. Pero lo mejor es que, como hemos comentado, también podréis usar vuestros propios juegos a través de un dispositivo USB y guardar la partida y cargarla en cualquier momento.

El joystick que utilizamos para movernos por los menús y jugar es bastante robusto. Al principio os costará acostumbraros si nunca habéis utilizado uno, mostrando bastante dureza en cada una de sus direcciones. Cuenta con la palanca para desplazarnos, dos botones de acción, otros dos para distintas funciones dentro de los juegos y cuatro auxiliares que hacen que los desplazamientos por los menús sean más sencillos. No olvidar que este nuevo joystick se enchufa a través de un USB al ordenador y, al igual que el original, no incluye ventosas para pegarlo a la superficie, por lo que os tocará sujetarlo.

El ordenador principal está compuesto por sus clásicas teclas (con funciones auxiliares que se muestran en el reverso) y como novedades incluye tres puertos USB en el lateral, un botón de encendido/apagado, otro puerto USB adicional en la parte trasera, una alimentación que se conecta por microusb y un puerto HDMI para conectarlo a televisores actuales. Su instalación es muy sencilla y al incorporar nuevos métodos de carga funciona de manera más fluida. Un aspecto que nos ha gustado mucho es que las teclas se sienten muy bien al tacto y que visualmente es muy parecido al original, algo que sin duda atraerá a los amantes de lo retro.

Se trata de un dispositivo que funciona mediante emulación y que ejecuta perfectamente todas las funciones del dispositivo original. Esto quiere decir que mediante un dispositivo USB, ya sea una memoria o incluso un lector de cassetes, podréis cargar vuestros propios programas y juegos para darles una segunda vida. Puede parecer algo inútil para los jugadores actuales, pero aquellos que todavía dispongan de software orgiinal agradecerán mucho todos estos pequeños detalles.

En definitiva, The VIC 20 es un dispositivo que hará las delicias de aquellos a los que les interese lo retro, ya sea por poder utilizar su lenguaje de programación, el software de la época o simplemente por disfrutar de sus juegos. Su diseño es muy robusto y parece resistente, conservando la estética que tanto le caracterizaba en la época pero con algunos elementos actualizados. La única pega que le encontramos es que se parece demasiado a The C64, incluido su sistema de emulación, lo que hace que sea menos atractivo para quienes ya dispongan de dicho dispositivo.

Aún con todo ello pensamos que se trata de un producto muy recomendable para los jugadores nostálgicos y amantes de lo retro, convirtiéndolo en un regalo muy recomendable para esta temporada festiva.

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