Análisis de When the Past was Around

Una emotiva aventura cargada de acertijos os espera en la nueva creación de Toge Productions y Mojiken, When the Past was Around.

When the Past was Around es una aventura clásica de estilo point & click donde tendréis que observar bien los escenarios en busca de pistas y objetos que os puedan ayudar a resolver los puzles que proponen. Desarrollado por Mojiken y editado por Toge Productions (en PC por Chorus Worldwide), este viaje es muy sencillo, corto y emotivo, ofreciendo un estilo visual ilustrado por Brigitta Rena realmente encantador y una banda sonora con violín que ambienta de manera acertada las diferentes situaciones que vivimos.

Su historia se centra en Eda, una joven que se siente perdida y no encuentra el camino para alcanzar sus sueños. Al menos hasta que conoce al Búho, un hombre que la ayuda a recuperar su pasión y encenderá la llama del amor. A lo largo de diversos capítulos exploramos los recuerdos de Eda para conocer en profundidad a la misteriosa figura del Búho y la relación que les une, descubriendo incluso porqué tiene esa apariencia.

Al ser uno de los elementos principales del juego no profundizaremos más en este apartado para no estropear la experiencia, así que solo diremos que nos ha encantado como está contada y el mensaje que deja, permitiéndose incluso el lujo de introducir algunos elementos ficticios al estar narrada como si de recuerdos o sueños se trataran. Todo está contado mediante elementos visuales y, a diferencia de otros títulos del género, es fácil interpretar lo que está sucediendo en pantalla. Además, los pocos textos que encontraréis en el juego se encuentran en varios idiomas, entre los que tenemos el castellano.

Las mecánicas resultan muy accesibles y están pensadas para que cualquier jugador pueda disfrutar de la aventura sin importar su nivel de habilidad. Aquí movemos un puntero por la pantalla en busca de pistas o útiles con los que interactuar, apareciendo un ojo cuando hay algo importante o una mano cuando podemos cogerlo. Los útiles que obtenemos se guardan en el inventario y para utilizarlos hay que arrastrarlos hasta el lugar que queramos, apareciendo además una señal que nos indica si lo estamos haciendo correctamente. También podemos desplazar la pantalla hacia la izquierda o la derecha cuando el escenario nos lo permite, así como cruzar determinadas puertas. Como curiosidad, si en algún momento os quedáis atascados podéis recurrir a las pistas (unos destellos que nos indican los objetos con los que podemos interactuar), aunque al tratarse de un viaje corto no lo recomendamos.

En cuanto a la interfaz, se divide en elementos sencillos repartidos por el exterior de una viñeta, donde encontraréis un botón de opciones en la parte superior izquierda de la pantalla, el de pistas en la derecha y el inventario en la parte inferior, nunca entorpeciendo lo que vemos de los escenarios.  Además, al tener que mover sólo un puntero es muy cómodo tanto con los mandos de las consolas como con el ratón, aunque siempre se gana más precisión con este último.

El juego se divide en diferentes estancias y descubriréis cuándo habéis avanzado de zona al recoger una pluma, la cual se entrega al final de cada nivel. En estos lugares encontraréis puzles de todo tipo, desde combinaciones que se obtienen observando ciertas partes del escenario hasta otros basados en mover piezas para llevar una parte hasta otra zona. Son muy variados y no están colocados al azar, formando parte algunos de la trama para aportar pequeños detalles interesantes. Eso sí, no son complicados de resolver y de manera general utilizan la lógica, teniendo que observar detenidamente cada rincón para llegar hasta la deducción correcta.

Y hasta aquí todo va genial. Entonces, ¿qué tiene de malo? Pues su duración, ya que puede completarse en pocas horas si no os quedáis atascados en algún puzle. Además no hay elementos que nos inviten a rejugarlo, perdiendo el interés una vez que se conocen la historia y los puzles.

Su apartado gráfico también nos ha gustado mucho al utilizar ilustraciones animadas de gran calidad creadas por la artista indonesia Brigitta Rena. Estas cuentan con mucho encantado dentro de su sencillez, haciendo que entre rápidamente por los ojos y transmitiendo la pasión que nos quieren hacer sentir con su historia. No esperéis nada técnicamente espectacular, si bien la dirección artística utilizada para lo que nos quieren contar le sienta como un guante.

A esto hay que sumarle una banda sonora que os encantará al estar generalmente guiada por un violín, el cual también tiene su peso en la trama, ambientando bien las diferentes situaciones que vivimos en la aventura junto con los efectos. No hay voces ni textos más allá de los menús, los cuales, como os hemos comentado, están en varios idiomas.

En definitiva, When the Past was Around os encandilará de principio a fin, con una historia conmovedora que está genialmente contada mediante elementos visuales, una jugabilidad simplificada que lo hace accesible para todo tipo de público, puzles bien planteados y un apartado audiovisual encantador. La única pega que podemos ponerle es su duración, la cual está bien medida pero nos deja con ganas de más, no encontrando además elementos que le aporten algo de rejugabilidad.

Si buscáis una aventura emotiva, sencilla y encantadora, encontraréis en When the Past was Around un producto muy completo y cuya relación calidad-precio está bien ajustada.

Vídeo análisis de SCHiM

Intenta reunirte con tu personaje en SCHiM, un juego de puzles y plataformas en el que te moverás por las sombras.

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