Análisis de Noreya: The Gold Project

Únete a una lucha entre divinidades con Noreya: The Gold Project, un nuevo título metroidvania donde tus decisiones importan.

El desarrollador independiente francés Dreamirl Game Studio y la editorial PixelHeart presentan un título de acción, plataformeo y exploración al estilo de los metroidvania en el que nuestras decisiones marcan el rumbo de la aventura, Noreya: The Gold Project. Ya disponible para PC a través de Steam, y con lanzamiento para consolas previsto para un futuro, descubre con nosotros esta divertida aventura con nuestro análisis.

Su historia nos habla sobre siete deidades, las cuales se unieron para dar forma a la tierra que hoy se conoce como Noreya. Tal era el poder de los Siete que los hombres, como muestra tanto de respeto como de temor, comenzaron a adorarlos. Sin embargo, algunos pecadores se desviaron del camino, surgiendo así la parte más maliciosa de ellos. De dicha malicia nacieron nuevas deidades, que obtenían su poder a través de la servidumbre de sus súbditos.

En las tierras de Lemia, hogar de la diosa primordial de la Luz, persistía una hambruna interminable. El deseo de riqueza de los pobres habitantes benefició al Dios de la Avaricia, Salluste, quien prometió poner fin a su miseria. El dios al que ahora todos llaman el “Dios de Oro”, transformó a todos sus seguidores en criaturas sin forma y atormentadas: las sombras doradas. Lemia, antes luminosa, ahora sucumbe ante una codicia insana.

Aquí entra en juego nuestra protagonista, Kali, una luchadora que perdió todo a manos de los dioses, convirtiéndose también en un ser corrompido, y se dirige hacia la ciudad para verificar los rumores que rodean a este nuevo dios que corrompe y subyuga a los humanos a cambio de riquezas. Explorando la Ciudad de Oro y su catedral, tendrá que enfrentarse a las criaturas de la sombra y el oro, jurar lealtad al dios que elijas para encarnar su poder, o apartase de los dioses y sufrir su ira.

Esta trama, que a priori resulta interesante, no tiene una gran presencia a lo largo de la aventura más allá de alguna cinemática y detalles a través de murales repartidos por su mundo, pero aun así nos ha gustado. Lo mejor es que hay varios finales a los que llegar según las decisiones que toméis a lo largo del juego mediante un sistema de karma, añadiéndole un toque de rejugabilidad que le sienta realmente bien. Quizás no destaque demasiado, si bien nos da un motivo para seguir con nuestro viaje.

En sus mecánicas, estamos ante un juego de acción, plataformeo y exploración al estilo de los metroidvania. Aquí podemos atacar para realizar combos, saltar y ejecutar otras habilidades que aprendemos tras derrotar a determinados jefes ocultos por el mapa, pudiendo encontrar hasta cuatro que amplían las posibilidades a la hora de recorrer los escenarios y llegar hasta nuevas localizaciones.

Nada más comenzar se nos da a elegir entre tres dificultades: Fácil, que hace que aparezcan más corazones de las vasijas, además de reducir el coste de habilidades, curaciones y la vitalidad de los jefes; Normal, que es el que nosotros recomendamos por estar todo más equilibrado; y Difícil, donde no encontraréis corazones, se aumenta la velocidad y salud de los jefes y no se puede reiniciar en el comienzo de las localizaciones al morir.

Contamos con corazones que representan nuestra vitalidad, la cual se recupera al encontrar algunos repartidos aleatoriamente por vasijas, de los enemigos o al llegar hasta las estatuas que erigimos a cada dios. Además, esta vitalidad se puede recuperar gastando cierta cantidad de oro en cualquier parte, aunque tarda un rato en realizar la acción, lo que nos deja vulnerables a los enemigos. Dependiendo de la dificultad elegida, si nos matan podemos volver a comenzar desde el inicio de la misma pantalla en la que nos encontremos, recuperando incluso los corazones que teníamos al entrar.

En total encontraréis más de veinticinco enemigos a combatir, como pequeños con patrones simples de ataque a descubrir y otros de mayor tamaño que tienen más vitalidad y cantidad de movimientos. Suelen ser combates bastante sencillos que requieren prestar atención para no cometer errores. Pero los más interesantes son los jefes, los cuales tienen patrones más complejos, una gran vitalidad y puntos débiles que debemos estudiar si queremos salir victoriosos. Nos hubiera gustado que se viera su vitalidad, ya que a veces nos sabemos si estamos haciéndoles el suficiente daño, pero son problemas menores.

Al derrotarlos conseguimos dinero que podemos invertir en mejorar nuestras habilidades y capacidades al visitar las estatuas y acceder al árbol de competencias. Dependiendo del camino del karma que sigáis (el del Oro o el de la Luz), desbloquearéis un camino u otro del árbol y sus destrezas únicas, además de cambiar ciertos elementos del escenario que os llevarán a nuevos lugares.

Y hablando de los escenarios, estos cuentan con un diseño no lineal y un tamaño gigantesco, lleno de recovecos a explorar, enemigos, trampas, puzles y otros secretos, tales como corazones que aumentan la vitalidad o armas que mejoran el daño realizado. Aunque en general nos han gustado, es cierto que adolece de ciertos problemas en el diseño que hace que en ocasiones resulte confuso, ya sea a la hora de recorrerlos (necesitando ciertas habilidades que quizás no tengamos en ese momento) o a la hora de discernir entre los elementos que nos pueden dañar y los que no. Eso sí, os recomendamos conseguir cuanto antes la habilidad de teletransporte entre estatuas, ya que viajar de un rincón a otro puede llevar mucho tiempo.

En cuanto al plataformeo, está muy bien integrado y funciona de forma precisa. Al principio apenas tenemos que fijarnos en caer en los lugares adecuados, pero poco a poco se añaden nuevos elementos a los escenarios que nos invitan a actuar con celeridad si queremos superar los retos que nos proponen, como enemigos que nos persiguen, palancas que abren trampillas temporalmente, pinchos o una especie de cama elástica que nos hará rebotar hasta grandes alturas, por poner algunos ejemplos.

Una de las cosas que más nos han gustado son, sin duda, los puzles, que resultan muy ingeniosos y suelen llevarnos hasta recompensas interesantes. Es cierto que hay alguno que otro que puede ser un poco frustrante, aunque nos reportan un respiro de los constantes combates. A veces incluso formarán parte de los jefes, por lo que tendréis que observar bien todo lo que os rodea y las pequeñas pistas que os dan.

La duración de la aventura os dará para muchas horas de juego, sobre todo si tenemos en cuenta el sistema de karma, que conlleva cambios en el escenario y en el final de la aventura. También debemos comentar que nosotros, que hemos jugado a una versión preliminar, hemos encontrado algunos bugs a lo largo de la aventura, los cuales nos han resultado un tanto molestos por bloquearnos la partida o paralizar a ciertos enemigos.

Para finalizar, el apartado gráfico nos ha gustado bastante, utilizando un estilo pixel art en 2D muy cuidado tanto para los escenarios como para la recreación de los personajes y sus movimientos. Además utiliza una paleta de colores muy viva que le aporta mucha vistosidad y funciona con bastante fluidez. Por poner alguna pega, además de la que comentamos anteriormente sobre la distinción de algunos elementos interactivos, diremos que nos hubiera gustado una mayor variedad de biomas y que los jefes contaran con un poco más de color, pero esto es una apreciación personal.

El sonoro también se encuentra a un gran nivel, con melodías adaptativas que acompañan perfectamente la exploración y los momentos de acción, buenos efectos de sonido y textos en varios idiomas, entre los que se encuentra el español. Hemos encontrado algunos fallos en la traducción, dando lugar a frases que en ocasiones no tienen demasiado sentido, y algunos textos incluso sin traducir.

Como conclusión, Noreya: The Gold Project es un título que destaca por sus elementos de exploración y los puzles que plantea, ya sean por los escenarios para descubrir nuevas rutas o a la hora de combatir a los jefes. Nos hubiera gustado ver más variedad de movimientos para nuestro personaje con el fin darle algo más de profundidad a los combates contra los enemigos básicos, algún que otro tutorial para ciertos detalles o un mejor diseño a la hora de plantear los escenarios, ya que en ocasiones pueden ser algo confusos, pero por lo general cumple. Eso sí, esperamos que los bugs y ciertos elementos de la traducción sean corregidos para ofrecer una mejor experiencia.

Si os gustan los metroidvania, Noreya: The Gold Project merece una oportunidad, ya sea por recorrer sus bellos parajes o por los desafiantes combates contra los jefes, con montones de secretos que esperan ser descubiertos por los jugadores que se pongan en el papel de Kali.

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