Análisis de Immortals Fenyx Rising

Enfréntate a monstruos mitológicos con el poder de los dioses en Immortals Fenyx Rising, la nueva creación de Ubisoft Quebec.

Immortals Fenyx Rising es una aventura de mundo abierto que combina de forma muy equilibrada los momentos de acción, exploración, puzles y plataformeo, poniéndonos nosotros en el papel de un simple humano para enfrentarnos a todo tipo de seres mitológicos con las herramientas que nos proporcionan los dioses. Desarrollado por Ubisoft Quebec, a quienes conoceréis por su trabajo en Assassin’s Creed Odyssey, este juego llamado anteriormente Gods and Monsters guarda muchas similitudes con otros títulos del género, pero sabe incorporar algunas novedades que le aportan mucha personalidad y hacen que su desarrollo sea variado.

Su historia nos pone en el papel de Fenyx, un humano que sobrevive a un naufragio y llega a la isla de los Dioses, lugar en el que conoce a Hermes y descubre que, según una antigua profecía, es el elegido para salvar a los dioses de un terrible destino. A partir de aquí se embarca en una aventura para salvar a los dioses griegos y a su hogar de una maldición oscura. El objetivo final será derrotar a Tifón, el titán más mortífero de la mitología griega, para lo que debemos usar todas las herramientas que nos proporcionen los dioses recorriendo la isla mientras descubrimos sus secretos.

Esta trama, cuya premisa es bastante sencilla, nos ha gustado, sobre todo por estar llevada con mucho humor, como si de un cuento contado por Prometeo y Zeus se tratara. La narrativa está muy cuidada y hay momentos para todo, desde epicidad y giros de los acontecimientos hasta otros realmente absurdos. También encontraréis muchos detalles de la mitología griega integrados en el argumento y en ciertas partes de los escenarios, contando con personajes carismáticos y un protagonista cuya evolución vamos viendo y sintiendo a lo largo de la aventura. Además nos llega completamente doblado al castellano para que no nos perdamos ninguna de las conversaciones durante la travesía.

Nada más comenzar encontraréis cinco niveles de dificultad pensados para todo tipo de jugadores: Historia, Fácil, Normal y Difícil, desbloqueándose la de Pesadilla al cumplir ciertos requisitos. Después pasaréis a crear a vuestro héroe eligiendo su sexo, rostro, pelo, cejas, maquillaje, barba y voz, si bien su nombre prederminado será Fenyx. No es demasiado profundo, pero se agradece su añadido.

Las mecánicas funcionan realmente bien, comenzando como un simple humano que puede correr, saltar, escalar, utilizar el sigilo, esquivar, nadar o bucear. Pero pronto descubriréis que las posibilidades van mucho más allá, como utilizar ataques débiles pero rápidos con una espada, otros potentes capaces de romper las defensas enemigas con un hacha, un arco que nos permite disparar y controlar las flechas, levantar pesadas piedras para lanzarlas o unas alas con las que realizar dobles saltos y planear, consiguiendo estas y otras habilidades a través de las herramientas que obtenemos al superar las pruebas de los dioses.

Eso sí, para que no podamos abusar de algunos de dichos movimientos, como escalar, el doble salto, nadar o bucear, contamos con un medidor de resistencia que limita estos movimientos y se recupera bastante rápido cuando descansamos. Esto es algo que en parte también se aplica a los enemigos, los cuales tienen un medidor de aturdimiento que, al llevarlo a cero, nos permite hacerles más daño.

El sistema de combate es sencillo pero satisfactorio, donde utilizamos las diferentes armas según el tipo de enemigo, intentamos bloquear y esquivar en el momento oportuno para ralentizar brevemente a los enemigos, realizamos combos alternando entre dichas armas o utilizamos todo tipo de pociones para curar la salud, la resistencia u otros apartados. Hay varios tipos de enemigos (con algunos que se repiten en exceso) y, aunque en un primer momento suelen ser fáciles de derrotar, poco a poco notaréis como ganan dificultad. También existe la posibilidad de sorprender a los rivales por la espalda para atacarlos y así arrebatarles una gran parte de su vitalidad o lanzarle rocas y troncos desde la lejanía para causar un gran daño antes de pasar al combate. Comentar que a veces la cámara nos ha dado algún que otro problema en determinadas zonas, pero al poder manejarla libremente no son demasiado graves.

Por otro lado también encontraréis montones de zonas de plataformeo que pondrán a prueba vuestra  precisión. Si bien los grandes protagonistas de esta aventura son, sin duda alguna, los puzles. Son únicos en planteamiento, basándose muchos en las físicas, otros en minijuegos, los hay que hacen uso de la dirección del viento, que juegan con las plataformas, en los que tenemos que utilizar las herramientas que conseguimos, etc… En ningún momento nos hemos cansado de ellos, pues la recompensa que conseguimos al final merece la pena.

Estas pruebas nos otorgan objetos que podemos canjear en la sala de los dioses para conseguir nuevas habilidades, mejorar las estadísticas de Fenyx (como la vitalidad o la resistencia), los poderes y personalizar el equipamiento, el cual también es muy importante en la aventura. En esta zona encontraréis ciertas tareas optativas, además de poder personalizar a Fenyx y otros pequeños detalles que preferimos que descubráis vosotros mismos. Gracias a ello se consigue que antes de avanzar queramos seguir descubriendo los secretos que esconde cada zona.

En total la isla se divide en cuatro zonas a descubrir dominadas por los dioses de Afrodita, Ares, Hefesto y Atenea, de los cuales necesitamos sus poderes divinos antes del desafío final. Para desvelar estas zonas al completo, la primera tarea es escalar las enormes estatuas que encontraréis por el mapa, lugares desde los cuales podemos ir marcando puntos de interés revelándolos con nuestra vista y que facilitan la tarea de encontrar ciertos secretos. Desde allí descubriréis lo grande que es cada lugar y la gran cantidad de objetos disponibles y tareas a realizar, con un desarrollo muy entretenido que aporta nuevos elementos según avanzamos. Son mapas más densos que grandes, lo que incentiva que sea más sencillo realizar las diferentes tareas de la zona, aunque para desplazarnos de un lado a otro incluso podemos utilizar monturas llegado el momento.

Como decimos, estas misiones son muy variadas, y van desde pruebas de velocidad, tocar canciones de una lira, jugar con constelaciones, acabar con enemigos míticos o resolver puzles para llegar hasta los tesoros de los templos, entre muchas otras. Pero quizás lo que más nos ha gustado es la libertad que ofrecen a la hora de realizarlas. Sí, hay zonas en las que no podemos adentrarnos sin obtener antes ciertas herramientas (de lo cual se nos avisa con un mensaje) o enemigos demasiado poderosos para nosotros, pero se agradece que podamos tomar la decisión y que el objetivo principal siempre aparezca claramente marcado en la brújula de la parte superior de la pantalla junto con el resto de tareas optativas.

La duración de la aventura da para unas 30 horas, tiempo que se ve ampliado con todas las tareas disponibles por su mundo o la rejugabilidad que ofrece por las distintas dificultades y las posibilidades a la hora de afrontar una misma misión.

Hemos tenido la oportunidad de jugar en PlayStation 5 y descubrir el uso que se le ha dado al DualSense, con una vibración que no ha sido muy aprovechada y unos gatillos que, al menos al utilizar armas como el arco, se notan un poco más. No esperéis nada demasiado espectacular en este sentido, pero al menos se ha hecho uso de parte de la tecnología.

Su apartado gráfico no está nada mal, utilizando un estilo cell shading muy colorido que le da ese aspecto de dibujos animados que buscan y ofrece escenarios de gran belleza. Esto contrasta un poco con los personajes y criaturas, cuyos modelados y animaciones podrían estar más conseguidos, junto con algunas zonas un tanto vacías. No es el título más espectacular que hayamos visto en la nueva generación, pero aun con todo ello el conjunto nos ha gustado. Lo mejor es que las nuevas consolas ofrecen mucha fluidez y tiempos de carga casi inexistentes, haciendo que la experiencia sea mucho más satisfactoria.

En el sonoro tenemos un genial conjunto de melodías que le sientan muy bien a su ambientación, efectos llamativos y, como ya os avanzamos, un doblaje en castellano lleno de humor y simpatía. Los textos nos llegan también en el mismo idioma, como no podría ser de otra forma.

Immortals Fenyx Rising es, como conclusión, un título que coge elementos de otros juegos y los mezcla para formar un conjunto que funciona realmente bien. Esto hace que muchas veces tengamos la sensación de estar ante viejos conocidos, pero estando todo muy cuidado para que el desarrollo nunca se haga pesado e invitarnos a seguir jugando. Los combates, la exploración o los puzles funcionan bien sin demasiadas pretensiones y, al tener unos controles simples, hacen que sea muy accesible, todo con una historia cargada de mitología y humor que engancha desde un primer momento.

Quizás no sea el juego más original del año y algunas mecánicas se hayan simplificado demasiado, si bien a poco que le deis una oportunidad os acabará enganchando de principio a fin.

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