Análisis de DreamWorks All-Star Kart Racing

Los carismáticos personajes de DreamWorks se preparan para una loca competición con DreamWorks All-Star Kart Racing.

GameMill Entertainment, en colaboración con Universal Games y Digital Platforms, nos invita a competir manejando a personajes de DreamWorks por diversas localizaciones inspiradas en sus películas con DreamWorks All-Star Kart Racing. Ya disponible en formato digital para PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series X|S, Xbox One, Nintendo Switch y PC a través de Steam, así como en físico para las consolas PlayStation y Switch distribuido en España por Meridiem Games, descubre lo que te espera en este apasionado juego de carreras pensado para toda la familia con nuestro análisis.

Lo primero que queremos comentar es que DreamWorks All-Star Kart Racing es un juego de carreras con karts que utiliza un sistema de control muy similar a lo visto en otros juegos del género, haciendo que sea muy accesible para los novatos pero también con un desafío a la altura para los más exigentes. Aquí podemos acelerar, frenar, derrapar para tomar mejor las curvas mientras ganamos impulso, realizar acrobacias en los saltos para ampliarlo al caer, recorrer carriles de derrape para conseguir un superimpulso de velocidad al final o coger diversos potenciadores ofensivos, defensivos o con diversos beneficios. Por supuesto, también podemos ganar un pequeño impulso en la salida si seguimos con precisión un juego rítmico sencillo, el cual no resulta del todo cómodo al no utilizarse el mismo botón que el del acelerador.

A lo largo de la carrera encontraréis notas musicales que sirven para que los Trolls se suban a nuestro coche y proporcionen ventajas como turbos o barreras protectoras, por poner ejemplos. Tampoco queremos olvidar las liras mágicas, las cuales crean senderos mágicos que para ganar velocidad y que, además, normalmente nos suelen llevar hasta los coleccionables del juego. Son muy útiles, aunque estos senderos desaparecerán si no nos movemos con rapidez.

El problema aquí viene dado por unas físicas a las que les falta trabajo, haciendo que nuestro coche tenga poca sensación de peso, que los saltos resulten un tanto extraños y que, por consiguiente, muchas veces no seamos tan certeros como nos gustaría. Lo mismo sucede con un sistema de colisión poco preciso, circuitos que no siempre dejan claro si una ruta se puede tomar y qué elementos resultan beneficiosos, o potenciadores cuyo uso no queda del todo claro por tener una representación un tanto confusa. Y es una pena, ya que puliendo estos detalles el producto hubiera ganado muchos puntos.

En cuanto a personajes hay mucha variedad, encontrando por ejemplo a Shrek, Asno, Lord Farcuaad, Theodore Templenton, el Gato con Botas, Megamind, Po, Alex, Hipo o Astrid, haciendo un total de más de 20. Cada uno tiene una serie de ventajas o desventajas sobre el resto en cuanto a velocidad, turbo, manejo, carisma y peso, algo en lo que también influyen sus vehículos y las diferentes partes de los mismos. Hemos de decir que no todos los corredores están desbloqueados desde el principio (sucediendo lo mismo con sus vehículos y componentes) y para conseguirlos tenemos que cumplir ciertos requisitos como ganar un número de carreras determinado o superar cierto desafío. Hay incluso componentes de los karts que podemos comprar en el garaje a cambio de notas musicales.

Los circuitos, por otra parte, nos han gustado mucho. Son muy variados y están inspirados en las películas de DreamWorks, con muchos caminos, senderos mágicos, atajos secretos y coleccionables a descubrir que nos invitan a explorar cada rincón. Cada uno tiene sus peculiaridades, como objetos que obstruyen nuestro paso, criaturas que nos atacan, elementos que nos hacen rebotar o plataformas que se mueven, por poner algunos ejemplos. Como es normal, no todos están al mismo nivel en cuanto a diseño, pero en general nos han gustado y hay una buena cantidad con rutas alternativas.

Hemos de decir que podemos asignar un anfitrión Troll, teniendo cada uno de estos una serie de particularidades que alteran las carreras: Delta Dawn llena los circuitos de cajas de objetos, Trollzart los carga de rampas, Rey Quinzy de parachoques que nos hacen rebotar, Rey Trollex hace aparecer turboplataformas y Barb rocas peligrosas.

Lo que más nos ha gustado del juego son sus modalidades. Para un jugador tenemos las clásicas Copas, que se dividen en diferentes velocidades (Relajada, Normal, Turbo y Relámpago) y cuentan con sus propios coleccionables y estrellas a conseguir, así como un Troll anfitrión; Carrera Libre, que nos permite disputar carreras personalizadas por simple diversión; Desafíos, los cuales están separados por niveles y nos proponen retos a superar para avanzar, encontrando un jefe a vencer al final en una carrera que después desbloqueamos para nuestro elenco de personajes; y Contrarreloj, donde intentamos superar los tiempos marcados.

Junto a estos tenemos el modo Multijugador local para enfrentarnos a nuestros familiares y amigos a pantalla partida hasta para cuatro jugadores, en el que participamos en copas o bien en carreras libres personalizando la velocidad, la dificultad de la IA, las vueltas a dar, si hay objetos y el anfitrión troll. También tenemos el modo En Línea, donde pueden enfrentarse hasta ocho en partidas privadas o bien mediante Matchmaking, aunque no hemos podido encontrar muchas partidas para probarlo en profundidad.

El apartado gráfico del juego no está nada mal, con personajes bien recreados, animados y perfectamente reconocibles, mientras que los escenarios cuentan con multitud de detalles, una buena iluminación y efectos que cumplen. Aquí fallan las ya nombradas físicas y la representación de los potenciadores, que no siempre dejan claro lo que estamos haciendo.

En el sonoro tenemos una buena cantidad de melodías que no destacan demasiado y suelen quedarse en un segundo plano, efectos cuidados y voces en inglés para todos los personajes, las cuales recomendamos ajustar, ya que pueden resultar bastante molestas. Los textos, como no podía ser menos, están en español, si bien hemos encontrado alguna que otra errata.

DreamWorks All-Star Kart Racing es, como conclusión, un título pensado para los fans de las películas de DreamWorks, donde hay una buena representación de los personajes y contamos con vehículos y escenarios inspirados en ellas perfectamente reconocibles. Tiene buenas ideas, muchos coleccionables a conseguir y unos modos de juego entretenidos que os darán para muchas de juego, tanto en solitario como en compañía. Lo malo es que hay detalles por pulir, como el sistema de colisiones, las físicas de los vehículos o algún que otro bug muy puntual, que pueden dar resultados inesperados en las carreras más complicadas.

Si se corrigieran estos detalles estamos seguros de que resultaría más satisfactorio a los mandos, aunque eso no quiere decir que no sea divertido para pasar un buen rato con los amigos y la familia, disfrutando de nuevo al ver a los queridos personajes de DreamWorks.

Vídeo análisis de SCHiM

Intenta reunirte con tu personaje en SCHiM, un juego de puzles y plataformas en el que te moverás por las sombras.

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