Capcom nos trae una nueva entrega de su franquicia de terror y supervivencia por excelencia, Resident Evil Village, que al igual que el anterior juego se desarrolla desde una perspectiva en primera persona y apuesta por una mezcla de acción, exploración y resolución de puzles bastante interesante. Un viaje que nos ha parecido muy entretenido a pesar de encontrar algunos altibajos que descubriréis a lo largo de nuestro análisis.
Su historia se sitúa poco después de Resident Evil VII, donde nuestro protagonista, que vuelve a ser Ethan Winters, vivía una vida tranquila con su familia hasta que su hija es secuestrada, comenzando a partir de este momento una inesperada aventura en la que tendrá que hacer frente una vez más a toda clase de criaturas espeluznantes y poderosas. ¿Es necesario jugar al anterior juego para conocer el argumento? No, ya que este incluye un pequeño resumen, pero sí que es muy recomendable para comprender mejor todo lo que ocurre.
Para evitar los spoilers diremos que la trama sabe como mantener nuestra atención, si bien cuenta con muchos momentos a los que les falta coherencia a lo largo del viaje, lo que incluye la conexión que tiene con el resto de la saga. Lo que más nos ha gustado en este sentido son los enemigos, gracias a la personalidad que desprenden y su persistente locura. No queremos olvidar que, una vez más, nos llega completamente en castellano, lo que incluye textos y voces.
En cuanto a mecánicas, Resident Evil Village es una vez más un juego de terror y supervivencia en primera persona en el que nos toca explorar diferentes escenarios en busca de objetos para resolver los puzles que proponen, todo mientras nos enfrentamos a diversas criaturas o, si nos superan en número y son peligrosas, huimos. Algo que regresa en esta nueva entrega es la recolección de recursos, con los que podemos fabricar desde el menú diversos útiles como munición o medicamentos, entre otros.
La mayor diferencia en este sentido la encontraréis en el inventario, donde ahora la gestión de recursos se ha simplificado notablemente al contar con espacios ilimitados para los objetos importantes, los materiales y los tesoros, estando este lugar separado del resto de elementos. Eso sí, las armas, munición y los medicamentos creados siguen teniendo un espacio limitado que nos toca gestionar, no encontrando ahora baúles ni nada por el estilo que nos sirva para guardarlos a lo largo de los escenarios.
Para paliar el problema del almacenaje tenemos a El Duque, a quien podemos venderle todo aquello que no queramos a cambio de dinero que después podemos invertir en comprarle objetos. Con este personaje también podemos mejorar nuestras armas utilizando diversos objetos e incluso conseguir mejoras permanentes gastando la carne conseguida para cocinar platos.
Por otra parte, los escenarios son muy variados a lo largo de la aventura a costa de perder un poco de backtracking. Ahora, aunque encontraréis varios caminos y lugares a explorar, suele ser bastante lineal en su desarrollo y rara vez os sentiréis perdidos en sus localizaciones, contando incluso con mapas que podréis consultar en cualquier momento con diversas ayudas marcadas. Algo similar ocurre con los puzles, los cuales se han simplificado en exceso y no nos han terminado de convencer.
Pero no os preocupéis, el desarrollo es muy variado y lleva un ritmo tan bien medido que en ningún momento nos hemos aburrido con él. Sí, hay algunos altibajos y no está al nivel de las mejores entregas de la franquicia, pero la sensación final que nos deja es muy satisfactoria y con algunos momentos impactantes que quedarán para el recuerdo.
Uno de los aspectos que más nos ha gustado son los enemigos, los cuales son muy variados, con sus propios comportamientos y puntos débiles a localizar. Algunos de sus ataques pueden ser bloqueados para lanzar posteriormente un contraataque e incluso empujarlos para abrirnos paso en ciertas zonas, si bien es algo que podría estar mejor implementado. No se encuentran al mismo nivel unos jefes que, aunque a veces sorprenden por su diseño, cuentan con unos patrones de movimiento simples y para acabar con ellos sólo tenemos que dedicarnos a dispararles.
La duración de la aventura ronda las nueve horas, tiempo que nos ha parecido más que justo y que se ve ampliado enormemente tras completar la campaña principal. Una vez hecho, se desbloquean desafíos con los que podemos conseguir puntos al completar los diferentes retos que nos proponen, canjeando posteriormente estos en una tienda en los que podemos conseguir multitud de extras interesantes como munición infinita, que nos invita a completar el juego en otras dificultades, o ilustraciones, entre otros. Además, también conservamos lo que hayamos conseguido en la partida anterior, lo cual nos permite el acceso a ciertos extras a los que era imposible llegar en la primera partida.
También se desbloquea al completar el juego el querido Modo Mercenarios, que cuenta con un estilo más arcade donde superar diferentes fases a contrarreloj, consiguiendo la mayor cantidad de puntos posible al aumentar el multiplicador acabando con enemigos. Dependiendo de nuestra actuación se nos da un rango y, cuanto mayor sea, mejores útiles podemos comprar en la tienda, ya sea en forma de armamento, habilidades, objetos e incluso nuevos niveles. Eso sí, sólo podréis ver vuestra puntuación al no haber añadido la compañía ningún tipo de tabla de clasificación online.
Para finalizar, en el apartado gráfico tenemos un juego que destaca por su cuidada dirección artística, con escenarios preciosos cargados de detalles, personajes muy expresivos y perfectamente animados y efectos, como la iluminación, que consiguen que haya momentos inolvidables. No está libre de ciertos fallos, como algo de poping o ciertas texturas planas, pero no son problemas demasiado graves. Lo que sí queremos destacar es que los interiores nos han gustado mucho más que las zonas externas al estar todo bastante más detallado. Además funciona a 4K y 60fps por segundo en consolas de nueva generación, aunque el rendimiento baja un poco al activar el raytracing.
En el sonoro tenemos melodías dinámicas que saben como cambiar según la situación en la que nos encontremos, con una banda sonora muy buena, efectos cuidadísimos y un doblaje en castellano de gran calidad. Para aquellos que lo prefieran, también cuenta con selector de idioma. Como curiosidad, los poseedores de PS5 podrán utilizar la tecnología de audio 3D de la consola, haciendo que sea una delicia sonora si contamos con el equipo o los auriculares adecuados.
Como conclusión, Resident Evil Village es un título con el que lo hemos pasado en grande gracias al variado desarrollo, el buen ritmo que lleva la aventura y su cuidadísima ambientación, aunque hay pequeños fallos que evitan que pueda codearse con los mejores juegos de la saga. Lo que más nos atrae es que es muy rejugable, añadiendo montones de extras al finalizar la aventura como el conocido modo Mercenarios o desafíos que invitan a rejugar la campaña. Tampoco queremos olvidar que en verano los poseedores de Resident Evil Village podrán acceder al título multijugador Resident Evil Re:Verse, que asegura muchísimas más horas de juego.
Aquellos que disfrutaron con Resident Evil VII encontrarán en su continuación un título igual de divertido, por lo que recomendamos a sus seguidores darle una oportunidad si os atrae su propuesta.