Nintendo y Wayforward nos traen las versiones reimaginadas y rehechas de Advance Wars y Advance Wars 2: Black Hole Rising con nuevas opciones para deleite de sus seguidores en Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp. Ya disponible para Nintendo Switch, estamos ante dos títulos de estrategia por turnos que regresan desde su época en Game Boy Advance para ofrecernos divertidos combates y diversas novedades que podréis descubrir en nuestro análisis.
Su historia, que se mantiene intacta respecto a los títulos originales, nos lleva hasta la guerra entre Orange Star y Blue Moon. Nosotros ejercemos el papel de asesor de varios oficiales al mando del ejército de Orange Star, teniendo que guiar a las tropas hasta la victoria mientras descubrimos la verdad de todo lo que sucede. Debido a que añadir algo más podría suponer un spoiler, no profundizaremos más, pero si diremos que se trata de un argumento sencillo, donde destacan unos personajes principales con mucho carisma y unas misiones muy variadas.
Aunque la campaña de Advance Wars 2: Black Hole Rising se puede jugar en cualquier momento, recomendamos completar antes la del primer Advance Wars para evitar destripar detalles importantes del argumento.
Nada más comenzar la campaña se nos da a elegir entre dos variantes de dificultad: Relajada, que permite disfrutar mejor de la historia, y Clásica, con combates pensados para los seguidores de la franquicia. Hemos de decir que, aunque en los primeros compases es accesible, se trata de un título muy desafiante y que poco a poco añade nuevos elementos a las contiendas, por lo que recomendamos empezar por la dificultad relajada a todos aquellos que no hayan probado antes la saga.
Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp incluye dos títulos de estrategia por turnos muy interesantes, divertidos y genialmente equilibrados. No hay subidas de nivel de ningún tipo, sino que contamos con unas determinadas tropas, edificios, terrenos y enemigos asignados que hacen que no tengamos ventajas nada más comenzar, basándose todo en las tácticas que utilicemos en el escenario, ya sea por tierra, mar o aire.
Aquí contamos con mapas divididos en casillas en las que desplazar a nuestras unidades para intentar acabar con los rivales mientras nos hacemos con edificios e intentamos conquistar la base enemiga. Para ello hemos de tener en cuenta que cada unidad es única, con una serie de ventajas y desventajas sobre los rivales a tener en cuenta, así como su movilidad y la ayuda que suponen ciertos terrenos. Gracias a un genial diseño de escenarios se consigue que cada batalla sea diferente, ofreciendo además mucha rejugabilidad por las grandes posibilidades que ofrecen.
El objetivo final es, casi siempre, acabar con todas las tropas enemigas o conquistar su capital, lo cual nos da directamente la victoria. Suena sencillo, pero para llegar hasta ella antes deberéis superar multitud de obstáculos y trampas que tienen preparadas los rivales, todo mientras intentamos que no nos sorprendan, acaben con nuestro ejército y se hagan con bases. Esto se nota especialmente en los escenarios con “niebla”, donde deberéis explorar a fondo si no queréis llevaros algún susto.
No queremos olvidar que, a medida que se desarrollan las batallas, se rellena un medidor que nos permite utilizar el poder único de cada Oficial en Jefe (OJ), obteniendo así una ventaja interesante que puede voltear situaciones complicadas. En el caso de la segunda entrega se añaden también Superpoderes que, como su propio nombre indica, son aún más poderosos y útiles. Ciertos escenarios permiten además crear nuevas unidades a cambio de dinero, añadiendo un peldaño táctico más a unos combates que ya de por sí resultan muy satisfactorios.
Según nuestro desempeño en las batallas, se nos otorgará un ranking mejor o peor y, en consecuencia, más o menos puntos que se transforman en dinero a invertir en la Tienda del juego para comprar diversos extras.
Por lo general, las campañas de los dos juegos son muy similares, aunque Advance Wars 2: Black Hole Rising es más directo al incorporar menos tutoriales. También incluye los ya nombrados Superpoderes, nuevos edificios, alguna que otra máquina de guerra y, lo más destacado de todo, la posibilidad de jugar con otras facciones rivales, ayudando así a conocer la historia desde otros puntos de vista.
Como novedades en ambos juegos tenemos la posibilidad de acelerar las animaciones de los combates o incluso de retroceder un turno si cometemos un error muy grave. Sí, las animaciones se pueden desactivar, aunque con este nuevo método se vuelve mucho más ligero.
En cuanto a modos de juego también vamos bien servidos. A la ya mencionada Campaña, que se divide en dos partes y nos invita a recorrer diferentes continentes completando misiones, se suman muchos otros. Está la Sala de Batalla, donde nos enfrentamos a la consola para intentar derrotarla y conseguir la puntuación más alta en diversos campos de batalla; Combate Vs., con el que retar a otros jugadores o la CPU en batallas locales, ya sea con una consola o con varias de forma inalámbrica y pudiendo participar hasta cuatro a la vez; y En Línea, que permite enfrentarnos a nuestros amigos online. Es una pena que no se hayan introducido emparejamientos contra otros jugadores, limitándose mucho en este sentido el poder jugar online.
También regresa el modo Diseño de Mapas, que nos permite crear y compartir mapas personalizados utilizando las mismas herramientas que encontraréis en el juego principal. Es muy sencillo, pero le añade muchas capas de rejugabilidad gracias a las creaciones de los usuarios. Al igual que ocurre con el online, sólo podemos jugar a mapas generados por nuestros amigos, lo que limita mucho sus posibilidades.
Por último, pero no por ello menos importante, tenemos la Tienda de Hachi, lugar en el que utilizar el dinero conseguido en las diferentes modalidades para comprar mapas de batallas, Oficiales en Jefe a utilizar en otros modos o coleccionables en forma de ilustraciones, vídeos y música que después podemos consultar en la Galería, entre otros.
En el apartado gráfico se ha optado por cambiar el clásico estilo pixelado en 2D por elementos tridimensionales que le aportan un toque más colorido y un aspecto de juguete. Es cierto que esto hace que pierda algo de encanto y que a veces sea más complicado distinguir unidades sin poner el cursor encima, pero lo compensa con buenos combates y animaciones en 2D de gran calidad para los protagonistas. Como es habitual en la saga, también podréis ver los enfrentamientos cada vez que se crucen dos unidades enemigas, los cuales son bastante vistosos al tener unos efectos trabajados.
El sonoro también se ha renovado, incluyendo ahora versiones modernizadas de la banda sonora que le aportan mucho ritmo a las contiendas. Además, las melodías se pueden ir desbloqueando a lo largo del juego para escucharlas en la Galería. Los efectos nos han gustado mucho y las voces, que no abundan demasiado, se encuentran en castellano, con una gran interpretación de las mismas.
Como conclusión, Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp ha sabido captar la esencia de los dos clásicos para traernos toda la diversión de la época gracias a una jugabilidad simple pero adictiva y muy desafiante, varios modos de juego y un apartado audiovisual renovado que se adapta a los tiempos que corren. Si bien ciertos cambios en lo artístico y decisiones en el multijugador online, así como en el creador de mapas, no nos han terminado de convencer, estamos ante un producto que sabrá atraparos a poco que os atraiga el género.
Tanto si ya los jugasteis en su momento como si es la primera vez que probáis la saga, Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp es un título que ofrece infinidad de horas de juego que deleitarán a los amantes del género de la estrategia por turnos.