Tarsier Studios, un equipo que se ha ganado el reconocimiento del sector de los videojuegos por traernos obras como Statik para la realidad virtual o la saga que nos ocupa, lanza el esperado Little Nightmares II, una secuela que conserva todo lo que nos encantó del primer juego y añade diversas mejoras para hacer que en general se sienta más completo y divertido. Una vez más estamos ante una aventura en las que nos tocará explorar sus escenarios para resolver los diversos puzles que nos proponen, todo ello mientras nos enfrentamos a los peligros que acechan en cada rincón.
Su historia nos pone en esta ocasión en el papel de Momo, un joven que está atrapado en un mundo que ha sido tergiversado por la resonante transmisión de una torre lejana. Junto a la protagonista de la primera entrega, Six, quien además hará de guía, Momo parte para descubrir los oscuros secretos de la Torre de Señales y salvar a Six de su terrible destino. Aunque el viaje no será sencillo, ya que los terribles habitantes de este mundo intentarán impedir sus hazañas.
Este argumento cuenta con pistas visuales que nos ayudan a entender un poco mejor todo lo que sucede, si bien al igual que sucedía en el anterior juego, hay muchos detalles que dejan lugar a la interpretación. No os dejéis engañar por su apariencia cartoon, ya que se trata de un título que nuevamente apuesta por el terror y nos hace sentirnos en constante peligro con un mundo siniestro lleno de pesadillas, como bien indica su nombre. Los textos del juego se encuentran en castellano, pero no esperéis muchos a lo largo de la aventura.
Las mecánicas se muestran muy conservadoras, estando una vez más ante un juego que se desarrolla lateralmente en el que podemos interactuar con diversos objetos para resolver los puzles que nos proponen y superar ciertas zonas de plataformeo, todo ello mientras nos ocultamos en las sombras de los diferentes enemigos que se encuentran por cada estancia.
Pero esto no es todo, también encontraréis novedades como un mayor protagonismo del fondo de los escenarios que nos permitirá recorrer nuevas zonas y mejorar en consecuencia la sensación de exploración, la posibilidad de usar con un simple botón objetos para atacar a los enemigos y un segundo compañero que nos ayudará a completar algunos puzles que requieren cooperación. Como dato curioso, a pesar de estar pensado para cooperar en muchos momentos, se trata de un juego individual donde la IA maneja al otro personaje, no encontrando la opción para jugar con un amigo.
Estamos ante un juego muy divertido y que dentro de su simpleza sabe ofrecer mucha variedad de situaciones para que nunca se haga aburrido, estando los puzles muy bien planteados, las zonas de plataformeo perfectamente estudiadas para que cada salto resulte un desafío y las partes de sigilo genialmente presentadas para que siempre tengamos esa sensación de peligro. Nunca hay dos situaciones iguales, lo que invita a seguir avanzando para saber que nos depara la siguiente estancia.
Por otra parte, los combates no nos han convencido tanto, pero no porque no funcionen dentro del juego, sino porque los controles, que no siempre son todo lo precisos que nos gustaría, pueden hacer que un movimiento sencillo resulte un tanto complejo. Eso sí, no es un problema del que debáis preocuparos en exceso, ya que cada “sección” cuenta con un punto de control que hace que al final todo se convierta en un continuo ensayo y error hasta dar con la solución adecuada.
Algo que nos ha encantado una vez más son las horrendas criaturas que nos esperan a lo largo del juego. Las hay de todo tipo, desde un gigante que nos persigue disparando y nos obliga a ocultarnos, hasta otras más pequeñas a las que podemos derrotar golpeándolas con ciertos objetos, siendo estos algunos ejemplos que encontraréis en el juego.
La duración de la aventura ronda las seis horas, tiempo que se ve reducido en una segunda partida cuando ya conocemos todos sus secretos. Creemos que es más que correcta, estando todo muy cuidado y no sobrando ningún momento del desarrollo. Como extras hay sombreros ocultos por los escenarios que podemos equiparnos, aunque no tienen ninguna funcionalidad especial más allá de cambiar el aspecto del protagonista.
El apartado gráfico es muy bueno, estando todos los personajes y criaturas genialmente modelados y animados, los escenarios cargados de detalles y los efectos muy cuidados. Pero si hay algo que nos llamó la atención desde la primera entrega es su increíble ambientación, con unos personajes pequeños que nos dan la sensación de ser débiles ante todos los peligros que los rodean y escenarios tétricos que juegan muy bien con la iluminación y los efectos para hacer sentir temor y el peligro constante. Además funciona con mucha fluidez en todo momento para que la jugabilidad no se resienta.
Todo esto tampoco sería posible si los sonidos no estuvieran a la altura, donde las melodías prácticamente brillan por su ausencia para dejar paso a un sonido ambiente que nos pone los pelos de punta, ofreciendo tensión con cada paso o con pequeños efectos que suenan en una determinada zona. Como os hemos comentado anteriormente, todos los textos que aparecen en el juego están en castellano.
En definitiva, lo mejor que podemos decir de Little Nightmares II es que conserva todo lo que hizo grande al original y lo amplía con algunos elementos jugables que le sientan de maravilla, donde la única pega que podemos ponerle es que el sistema de control no siempre es todo lo preciso que nos gustaría. La duración puede parecer escasa, pero os aseguramos que cada segundo en esta aventura está muy bien aprovechado y no da la sensación de relleno. Además cuenta con ciertos coleccionables que le aportan un poco de rejugabilidad.
Estamos seguros de que aquellos que disfrutaron con el juego original lo harán con una segunda entrega que ofrece más y mejor de todo aquello que nos gustó en su momento, saliendo también a un precio reducido que lo hace mucho más apetecible.