Tras su debut en PlayStation 4, aterriza en la consola de nueva generación de Sony Final Fantasy VII Remake Intergrade, la versión mejorada de la primera parte del remake de uno de los JRPGs más venerados de todos los tiempos, incluyendo ciertos ajustes, añadidos y, como gran novedad, Episode Intermission. Este nuevo episodio, al que accedemos desde el menú principal, está protagonizado por Yuffie al completo, aunque ya os hablaremos de él más adelante.
Primero nos centraremos en resumir el juego principal para quienes no lo conozcan:
La historia se centra en la energía vital del planeta, Mako, que sirve como combustible para mantener a la ciudad de Midgar. A base de explotar este recurso para alimentar sus reactores, la compañía eléctrica y de energía Shinra se ha hecho con el control del mundo entero. Para intentar evitar la destrucción del planeta tenemos a un grupo de resistencia conocido como Avalancha y a Cloud, un ex agente de Soldado convertido en mercenario que participa en la misión de destruir el reacto Mako nº1 de la ciudad. Este atentado desata el caos en la ciudad y, en medio de este infierno, a Cloud le parece ver a un enemigo que creía muerto desde hace mucho. Tras todos estos sucesos, conocemos a nuevos personajes y comenzamos una aventura que determinará el destino del mundo.
Dicho argumento, que abarca la parte de Midgar del juego original, es muy interesante. Aunque en general sigue las líneas marcadas por Final Fantasy VII, hay algunos ajustes y añadidos para poder profundizar más en su universo, así como ciertos cambios que pueden gustar más o menos a los jugadores. Es algo que levantó mucha polémica entre los jugadores, si bien le aporta más misterio por saber cómo continuará todo. De lo que no tenemos ninguna duda es del carisma que desprenden cada uno de sus protagonistas, con personalidades únicas y ambiciones que es un placer descubrir, todo con una gran narrativa y textos en perfecto castellano.
Desde el menú, la primera novedad que encontraréis son dos modos de visualización: Gráficos, que se centra en ofrecer una mejor experiencia visual a 4K y 30fps, o Rendimiento, que prioriza los 60fps. Hemos de decir que no hemos notado grandes cambios técnicos entre ambas opciones, por lo que recomendamos jugar con Rendimiento al ser una experiencia mucho más fluida.
Al comenzar la partida veréis que hay varias opciones de dificultad, con algunas nuevas de esta versión: Fácil (Clásico), en la que los personajes atacan automáticamente mientras nos centramos en el menú de acciones, con combates de dificultad fácil; Fácil, con el nuevo manejo y combates sencillos para disfrutar de la historia; Normal (Clásico), que es igual que Fácil (Clásico) pero con combates más desafiantes; y Normal, la experiencia recomendada para aquellos que quieran disfrutar tanto de la historia como de los combates. Cuando se completa la campaña se desbloquea además el modo Difícil, solo apto para aquellos que busquen un reto mayor al no poder usar objetos y descansar en los bancos para recuperarnos.
Las mecánicas, a pesar de manejar muchas opciones, son muy intuitivas. Podemos desplazarnos libremente por su mundo, manejar la cámara, interactuar con determinados objetos, abrir cofres o incluso romper cajas para recuperar vitalidad y puntos de magia. Llevamos a un grupo de hasta tres personajes, a los cuales también podemos equiparles diferentes armas, materias y accesorios para que mejoren sus atributos y habilidades.
Los combates comienzan al acercarnos a los enemigos y se desarrollan en una mezcla bastante ingeniosa de tiempo real y turnos. Aquí podemos alternar entre los tres héroes que llevemos en esos momentos, los cuales suelen tener un áerea de especialización que los hace ideales para ciertos tipos de enemigos, o incluso darles órdenes mediante la barra BTC. Tenemos la posibilidad de atacar, fijar un objetivo, cambiarlo, defendernos, esquivar o, al rellenar ciertos segmentos de la barra BTC, utilizar las habilidades únicas de cada personaje, magias (que siguen consumiendo MP) u objetos. Si además somos precisos al defendernos se presenta la oportunidad de contraatacar causando un gran daño.
Cada enemigo tiene una serie de características únicas a estudiar y, al encontrar sus debilidades, podemos explotarlas para rellenar su barra de vulnerabilidad y que entren en un estado de fatiga al completarla, momento en el que les causamos más daño. Con todo ello se consigue que los combates sean muy justos y estén genialmente equilibrados, haciendo que la experiencia mantenga parte de la esencia del juego original y gane en dinamismo.
Por supuesto, no podían faltar los clásicos límites, que se pueden activar al rellenar su respectivo indicador cuando reciben daños, y las invocaciones, aunque en este caso son un tanto diferentes a lo visto en el juego original. Estas aparecen en determinadas situaciones cuando corremos peligro, pudiendo invocarlas al combate tras rellenarse su medidor para que luchen junto a nosotros y darles órdenes con los segmentos BTC. Cuando se agota su energía, realizan un espectacular y dañino movimiento antes de abandonar el combate.
Al ganar estas batallas conseguimos dinero, objetos y experiencia con la que subir de nivel y mejorar las estadísticas generales de cada personaje. Pero también hay otros elementos que van consiguiendo su propia experiencia con el uso, tales como las materias, que poco a poco desbloquean más opciones o mejoran algunos de sus apartados (aunque no se duplican como en el original al subirlas al máximo), y las armas, las cuales nos proporcionan PA cada vez que suben de nivel para invertirlas en una especie de tablero de esferas que van desbloqueando nuevos apartados según avanzamos. No es necesario llevarlas equipadas para que suban de nivel, haciéndolo todas las de un personaje a la vez para que no haya una gran diferencia entre ellas más allá de sus características especiales. Además, cada arma tiene una habilidad única que podemos dominar con su uso y que, al llegar al 100% de pericia, podemos usar llevando equipada otra diferente.
Como en el original, encontraréis cinco tipos de materias a coleccionar: mágicas (verdes), que nos permiten realizar hechizos tanto ofensivos como defensivos; de habilidad (amarillas), con las que ejecutar habilidades únicas en combate; de apoyo (azules grisáceas), las cuales vinculamos a una mágica para potenciar sus efectos; especiales (fucsias), con habilidades pasivas que se activan automáticamente en las batallas; y las de invocación (rojas), que sirven para llamar al combate a poderosos aliados. En su mayoría se pueden equipar varias, pero de las de invocación sólo llevamos una por personaje.
Los escenarios, aunque es cierto que hay tramos que se sienten alargados, cuentan con un buen tamaño y dan lugar a la exploración. Están todos los lugares más icónicos que pudimos visitar en la zona de Midgar del juego original, perfectamente representados y con pequeños detalles en cada rincón que los aficionados sabrán apreciar. También están las ciudades, donde podréis encontrar tiendas de todo tipo, calles laberínticas en las que es fácil guiarse con el mapa o misiones secundarias que no suelen dar demasiadas complicaciones más allá de los combates contra ciertos enemigos. Quizás lo que menos nos ha gustado es que los personajes secundarios son un tanto genéricos, aunque nada demasiado preocupante.
La duración de la campaña puede irse fácilmente por encima de las 30 horas, tiempo al que hay que sumarle las misiones secundarias, los diversos minijuegos, los combates opcionales o ciertos extras que se desbloquean tras completar la historia, haciendo que en este sentido sea bastante completo. También hay una serie de coleccionables, tales como unas medallas o las canciones para la gramola. Esta versión incluye además algunos cambios respecto a la versión de PS4, aunque no esperéis demasiado.
Como extras tenemos un modo foto algo sencillo con el que capturar nuestros mejores momentos en la aventura y algunas capacidades del DualSense que no han sido especialmente bien aprovechadas.
Donde más cambios notaréis es en el apartado gráfico, que ha sido mejorado con una iluminación más realista, ciertos efectos como una neblina que mejora la ambientación, texturas más cuidadas o una mayor resolución y fluidez. No es que sean cambios radicales, pero sí ayudan a que la experiencia sea más inmersiva. Lo que si notaréis enormemente son los tiempos de carga casi inexistentes que permiten cambiar de un capítulo a otro al instante y sin interrupciones.
El sonoro sigue siendo muy bueno con muchas melodías, efectos y un doblaje de gran calidad, tanto en inglés como en japonés, pero no se han realizado mejoras.
Lo más interesante de toda esta versión es, sin duda alguna, Episode intermission, al cual se accede directamente desde el menú principal. Aquí jugamos con Yuffie Kisaragi, una kunoichi de Wutai que tiene la misión de infiltrarse en Midgar en busca de una poderosa materia, situándose estos acontecimientos a la misma vez que el juego base. Esto os permitirá ver a algunos de sus personajes, si bien nunca llegaréis a cruzaros con el grupo principal.
Esta trama es totalmente original y nos ayuda a comprender algunas situaciones desde un punto de vista diferente, con momentos realmente interesantes que le dan un buen motivo a Yuffie para emprender su aventura y la participación de un grupo que pudimos ver anteriormente en Dirge of Cerberus: Final Fantasy VII. No daremos más detalles para evitar los spoilers, ya que es uno de los elementos más atractivos de este añadido y no queremos arruinar sus sorpresas.
En cuanto a mecánicas, sigue el estilo marcado por el juego base, pudiendo desplazarnos libremente por su mundo, recoger objetos, conversar con los ciudadanos o participar en combates. Hemos notado que, gracias a las habilidades de Yuffie y su arma, se ha mejorado un poco la exploración, teniendo que activar interruptores desde la distancia para resolver pequeños puzles o romper cajas para conseguir objetos. No esperéis cambios muy sustanciales, pero se agradecen.
Las batallas son muy similares a lo visto en el juego base, aunque incorpora algunas novedades. Yuffie es un personaje muy versatil, capaz de atacar tanto cuerpo a cuerpo como a distancia utilizando su shuriken o todo tipo de ninjutsus, si bien resulta algo débil contra los impactos enemigos. Gran parte de esta aventura vamos acompañados por Sonon, quien nos brinda su ayuda pero no es controlable. A él podemos darle órdenes, así como sincronizarlo temporalmente con Yuffie para ejecutar poderosas habilidades conjuntas, siendo éste uno de los principales ejes si queremos salir victoriosos. Si Yuffie muere, Sonon dará su vida para resucitarnos e intentar encontrar una solución.
Otro aspecto que regresa son las invocaciones, encontrando en esta expansión a un viejo conocido, Lamú. Para conseguirlo, al igual que con muchas otras del juego base, tendréis que derrotarlo en el simulador.
La duración de este DLC da para unas 5 horas, tiempo que se verá ampliado si queremos descubrir todas sus sorpresas. Para la ocasión también se han añadido ciertos extras secundarios, como tener que buscar carteles del Paraiso de las Tortugas, enfrentamientos optativos en el simulador, un nuevo nivel de dificultad al completar la aventura o el regreso de un minijuego de Final Fantasy VII totalmente reimaginado para la ocasión, Fuerte Cóndor.
El minijuego de Fuerte Cóndor es muy divertido. Nuestro objetivo es intentar acabar con el águila principal del rival antes de que suceda a la inversa, colocando personajes por el escenario tanto para atacar a los enemigos como para defendernos. Para ello nos toca esperar a que una especie de barra BTC se rellene con el tiempo, requiriendo cada personaje o estructura más o menos barra según su calidad. A medida que ganamos partidas, obtenemos nuevas piezas y tableros que le aportan un toque estratégico muy interesante. Se trata de algo con mucho potencial, por lo que esperamos que en la segunda parte del remake se le de importancia con más rivales, piezas y tableros.
En lo técnico es muy similar a lo visto en INTERgrade, con un modelado y animaciones excelentes para los personajes, geniales efectos y montones de detalles en sus escenarios. La banda sonora también incorpora algunos temas nuevos de bastante calidad, con ciertos efectos que suenan por el DualSense. Los textos, como no podía ser menos, nos llegan en perfecto castellano.
Comentar que la actualización a INTERgrade de PS5 desde la versión de PS4 es gratuita, aunque si queréis el Episode INTERmission tendréis que pagarlo aparte. Eso sí, este nuevo episodio es exclusivo de PlayStation 5.
Final Fantasy VII Remake Intergrade es, como conclusión, una versión que mejora lo visto en el juego base, añadiendo más resolución, fluidez, mejores texturas y efectos como la iluminación y la niebla, así como algunos ajustes y extras menores. Pero lo que más nos ha gustado ha sido la casi desaparición de los molestos tiempos de carga. Por otro lado, el añadido del Episode Intermission le da un toque interesante a su argumento con algunas sorpresas, amplía las opciones de exploración y presenta a un personaje muy querido por los jugadores que ha sido fielmente representado.
No esperéis un enorme salto gráfico en Intergrade más allá de la fluidez y unos tiempos de carga casi inexistentes, siendo lo mejor de esta versión el Episode Intermission de Yuffie por ampliar la trama con algunos detalles interesantes.