SEGA nos trae una nueva entrega de su juego de plataformas por excelencia, que por primera vez en la franquicia cuenta con varias zonas abiertas a explorar en busca de misiones, secretos y formidables enemigos, Sonic Frontiers. Con varias dosis de acción, plataformas y aventuras a velocidades vertiginosas, descubre con nuestro análisis una de las mejores entregas tridimensionales protagonizadas por el famoso erizo, que ya está disponible en consolas y PC.
Su historia comienza con Eggman, quien activa un antiguo pilar con un misterioso dispositivo para hacerse con el poder de los ancestros, pero algo sale mal y hace que sea atrapado por la estructura. Mientras Sonic, Tails y Amy viajaban con su avión a Starfall Islands en busca de las Chaos Emeralds, este suceso también les afecta, viéndose arrastrados hasta otro mundo a través de un portal. Ahora, Sonic tendrá que viajar por diferentes zonas en busca de sus amigos, descubrir lo sucedido y enfrentarse a peligrosos titanes con la ayuda de las Chaos Emeralds para poner fin a este desastre que afecta a dos mundos.
A diferencia de lo visto en otros juegos de la franquicia, esta trama está mucho más elaborada y mejor narrada, con personajes a los que se les intenta dar más vida y personalidad. Sigue siendo algo predecible y sencilla, pero se lleva mucho mejor y hay alguna que otra sorpresa que sabe mantener nuestro interés, así como un tono más oscuro en el que se nota la mano de Ian Flynn (creador de algunos cómics del erizo). Pero lo que más nos ha gustado son los continuos homenajes que encontraréis a otros títulos de la franquicia, ya sea en pequeños detalles, niveles o ciertos personajes menos conocidos.
Nada más comenzar nos dan a elegir entre tres dificultades que se adaptan a la habilidad de cada uno de los jugadores: fácil, normal y difícil. Junto a ello encontraréis dos modos de visualización, uno de Acción y otro de Alta Velocidad, estando pensado este último para aquellos que estén acostumbrados a los juegos de Sonic. Nosotros recomendamos Alta Velocidad por la naturaleza de Sonic Frontiers, pero lo mejor es que decidáis vosotros mismos.
Pasando a sus mecánicas, estamos una vez más ante un Sonic tridimensional, con algunos tramos en 2D, cuya mayor novedad son una serie de localizaciones abiertas a explorar conocidas como Starfall Islands. Aquí podemos desplazarnos en cualquier dirección, realizar un doble salto, un turbo limitado por un medidor de resistencia o utilizar un ataque teledirigido, por poner algunos ejemplos, aunque a medida que avancemos por la historia y consiguiendo experiencia podemos desbloquear otros movimientos avanzados para el combate.
Y hablando de los combates, se han vuelto mucho más profundos que lo visto en anteriores juegos. Ahora nos toca localizar los puntos débiles de cada enemigo para poder derrotarlos, teniendo que hacer uso del variado elenco de movimientos de Sonic. Uno de estos movimientos, y que también supone una novedad para la franquicia, es el cibergiro, con el cual podemos rodear a los enemigos para realizar daño, romper su defensa o incluso activar ciertos dispositivos.
Nos ha encantado lo bien que se maneja Sonic en espacios abiertos, moviéndose a gran velocidad y con un sistema de control que se siente más preciso que nunca. Quizás no sea tan bueno cuando nos movemos con más lentitud, pero son problemas menores que no afectan a tan grata experiencia, con muchos loopings y muelles que hacen que la velocidad se intensifique, junto con movimientos de cámara que le aportan espectacularidad.
Como decimos, el mundo de Sonic Frontiers se divide en cinco zonas abiertas. Nuestro objetivo en cada una de ellas es obtener las Chaos Emeralds para enfrentarnos finalmente a un poderoso jefe. Pero no es tan sencillo como suena. Para tener acceso a estas Chaos Emeralds antes tenemos que localizarlas en el mapa, desbloqueando la visión de pequeñas porciones del mismo al realizar ciertos desafíos, y después utilizar unas llaves para tener acceso a ellas.
Pero claro, para conseguir estas llaves antes hay que tener acceso al Ciberespacio, una serie de niveles cortos con diferentes retos a cumplir para obtenerlas, como alcanzar la meta, conseguir un tiempo de rango S, terminar el nivel con cierta cantidad de rings u obtener las cinco estrellas rojas escondidas por cada nivel. Para desbloquear el acceso a los niveles del Ciberespacio necesitaréis unos engranajes, los cuales se consiguen al derrotar a poderosos Guardianes repartidos por los escenarios.
Por si todo esto os parece poco, las Stardust Islands cuentan con otras tareas a realizar, como localizar fragmentos de recuerdo repartidos por todo el mapa para poder conversar con ciertos personajes y progresar en la historia, semillas con las que mejorar nuestro ataque y defensa, unas criaturas conocidas como Kocos para aumentar nuestra vitalidad o cantidad de anillos que podemos llevar, probar suerte en una ruleta cuando se producen lluvias de fragmentos de estrellas o incluso pescar y cocinar carne con Big, lo cual nos proporciona ciertos puntos y tickets que podemos invertir en conseguir diversos extras.
Una de las mejores partes que viviréis en Sonic Frontiers son los enfrentamientos contra los Titanes. Estos se activan al conseguir todas las Chaos Emeralds de una zona, obteniendo así a Super Sonic y comenzando duelos en los que os tocará descubrir las debilidades del rival, participando en combates algo sencillos donde prima la espectacularidad con ciertos quick time events. Eso sí, tenéis que estar pendientes de los anillos disponibles, ya que, a pesar de no recibir daños en este estado, si se agotan todos el personaje se dará por muerto, siendo peleas contrarreloj.
La duración de la campaña da para unas diez horas de juego, que se ven ampliadas hasta unas veinte para intentar conseguirlo todo. Es cierto que de las cinco zonas disponibles, solo las tres primeras nos han parecido estar a un mejor nivel, notándose en las últimas algo más de relleno y reciclaje.
En el apartado gráfico encontraréis algunos aspectos que os gustarán mucho y otros que no tanto. Los niveles del Ciberespacio son más vistosos y coloridos, mientras que las Starfall Islands cuentan con diseños bastante más genéricos y railes flotantes que parecen fuera de lugar. Lo que más disfrutaréis, sin duda, es la sensación de velocidad, pudiendo recorrer grandes distancias en segundos, lo cual también da lugar a un popping exagerado, algunas texturas pobres o cinemáticas que dejan ver carencias.
Todo lo contrario nos ocurre con el sonoro, con una amplia cantidad de melodías de gran calidad en las que destacan los temas vocales puntuales para enfatizar los momentos más interesantes de la aventura. A ello también hay que sumarle unos efectos perfectamente reconocibles por los aficionados de la franquicia y un doblaje en castellano de gran calidad.
Como conclusión, Sonic Frontiers ha sabido sentar unas bases jugables que podrían cambiar el rumbo de la franquicia en futuras entregas, con un sistema de control exquisito cuando nos desplazamos a toda velocidad, montones de tareas divertidas a realizar, una historia entretenida y zonas abiertas que es un placer investigar en busca de secretos. Todavía hay margen de mejora, especialmente en lo técnico y en la dirección artística de ciertas localizaciones, pero creemos que marca un buen camino a seguir en el resto de apartados.
Sin duda, es el paso que los aficionados del erizo estábamos esperando, consiguiendo despertar de nuevo nuestro interés por el futuro de la saga.