Nintendo nos invita a levantarnos del sofá para probar más de 200 microjuegos con el regreso de una de sus sagas multijugador más divertidas, en la que pueden participar jugadores de todas las edades, WarioWare: Move It! Ya a la venta para Nintendo Switch, prepárate para una aventura llena de pruebas cortas que le sacan todo el provecho a las funcionalidades de los Joy-Con y que os mantendrá enganchados durante muchas horas, contando en nuestro análisis sus principales funciones y novedades.
Su modo historia nos habla sobre una antigua deidad, que otorgó unas reliquias a la humanidad que permitían curar cualquier mal al bailar con ellas. En la actualidad este sitio es conocido como Isla Solaz, un lugar turístico lleno de lujos y zonas para divertirse. Un día, mientras Wario paseaba con su moto, le entra hambre y, sin saberlo, participa en un concurso, logrando un viaje a la isla junto a otros 20 amigos. Una vez llegan descubren las reliquias: los posilitos, y, tras una serie de desastres, acaban desperdigados por toda la isla, comenzando aquí nuestra aventura.
Dicho argumento, como es habitual en la franquicia, está lleno de grandes dosis de humor, diversión y un elenco de personajes de lo más alocados, haciendo que en ningún momento se nos haga aburrido. Está contado mediante escenas muy entretenidas y, aunque es sencillo, permite que todo el mundo pueda disfrutarlo. Los seguidores de la franquicia rápidamente reconocerán algunas de las caras presentes, así como otras nuevas que se suman en este viaje, además de encontrar montones de homenajes a otros videojuegos de Nintendo.
En las mecánicas estamos ante un título en el que nos toca participar en diversos microjuegos de apenas unos segundos, cuyo objetivo es descubrir lo que tenemos que hacer rápidamente utilizando las diversas poses que nos marcan, a las cuales se les da incluso un sentido en el juego. No siempre es tan sencillo como puede parecer, pero tras unas partidas los dominaréis. Todo ello sirve para ir superando fases cada vez más rápidas, llegar hasta la prueba final y completarla. Para ello contamos con varias vidas que irán en descenso cada vez que fallamos una prueba. Pero tranquilos, si se agotan no siempre tendréis que empezar desde el principio, castigando al jugador a hacer una postura divina ridícula delante del resto.
Esta campaña puede jugarse tanto en solitario como en cooperativo, a veces teniendo que participar ambos jugadores y otras alternando su turno. Los dos comparten las vidas, solo que en esta ocasión uno de los jugadores puede participar en la fase que ha fallado el otro para intentar recuperarla. Comentar, eso sí, que para participar en el modo cooperativo los dos jugadores necesitarán un par de Joy-Con.
El modo Historia consta de 13 niveles a superar con los distintos personajes del juego, que dan para unas 3 horas, aunque al completarlo podemos disfrutar de unos créditos muy interactivos y nuevos niveles extras, ya sea para jugar en solitario, como los juegos musculímpicos, o en compañía, como Sincronización perfecta, apareciendo cada vez más. Son muy divertidos y, además de exigir mucho movimiento por parte de los jugadores, amplían enormemente su duración gracias a su rejugabilidad.
Además hay un Museo en el que podemos consultar los minijuegos de cada personaje, practicarlos, ver las distintas poses disponibles o las posturas divinas, junto con un Cine en el que ver todas las escenas desbloqueadas. Todo ello nos da pistas por si nos hemos quedado algún que otro microjuego sin descubrir, haciéndonos rejugar fases para desbloquearlos mientras vemos como se amplían dichos niveles y aumenta la dificultad.
Otra modalidad que se desbloquea es el Juego del espejo, que es exclusiva para dos jugadores. Aquí uno de los jugadores debe dejar de mirar la pantalla, mientras que el otro realiza todos los movimientos para que pueda seguirlos a modo de espejo observándolo. El éxito dependerá de cómo de bien hagan dichos movimientos y su compenetración.
Por último tenemos el modo Fiesta, en el que pueden participar de dos a cuatro jugadores utilizando un solo Joy-Con por jugador. Es quizás uno de los más entretenidos de todo el juego, participando en hasta cuatro subcategorías con distintas temáticas para intentar derrotar a nuestros rivales en las diversas pruebas que nos proponen.
En primer lugar está Tablero galáctico, donde los jugadores tienen que superar microjuegos para ganar puntos y poco a poco avanzar por el tablero, en el que cada casilla tiene una serie de reglas y el final otorga puntos extra al jugador que lo alcance primero. Después está Chequeo médico, teniendo los jugadores que seguir las órdenes del médico para lograr me gusta del resto de participantes mientras superan todo tipo de microjuegos. Junto a él tenemos Objetivo Medusa, que nos invita a avanzar a toda velocidad mientras evitamos la petrificación de Medusa quedándonos quietos y acabamos con serpientes que sirven como obstáculos superando los microjuegos. Por último está la batalla de resistencia El rey del cuadrilátero, en el que los jugadores deben superar los microjuegos para intentar ser el último luchador en pie.
Hay un quinto disponible, en el que participan obligatoriamente dos equipos de dos jugadores, cuyo objetivo es confundir a los rivales para que les cueste descubrir quién ha participado en el microjuego.
Como veis, lo que en un principio parecía un juego bastante cortito, no deja de sorprender a medida que rejugamos los niveles y vamos desbloqueando nuevas opciones y modalidades, ofreciendo así multitud de horas de juego para jugar en solitario, cooperativo o competitivo. La única pega que podemos ponerle es que los Joy-Con no siempre responden con precisión en algunos microjuegos, algo que se acentúa cuando el tiempo entre dichas pruebas es mínimo y nos hacen cambiar de pose.
Por otro lado, el apartado gráfico nos ha encantado, conservando ese estilo caricaturesco y muy colorido que siempre ha caracterizado a la franquicia, pero ofreciendo además muchos estilos artísticos a lo largo de la aventura. Todo está muy cuidado, incluidas las escenas que vemos a lo largo de la historia y los diferentes menús que encontramos.
El sonoro también es muy bueno, con melodías muy animadas que van aumentando el ritmo para ponernos en tensión mientras disfrutamos del estupendo doblaje en español, con textos en el mismo idioma, y efectos perfectamente reconocibles.
Como conclusión, WarioWare: Move It! vuelve a demostrar una vez más cómo sacar provecho de los Joy-Con de montones de formas diferentes, todo mientras ofrece muchísima diversión para jugar en solitario, cooperativo o competitivo. Hay multitud de microjuegos y varios modos tremendamente rejugables, disfrutándose incluso más cuando jugamos en compañía, donde las risas están aseguradas. Como parte negativa diremos que los mandos no responden de igual manera en todos los microjuegos, pero no es algo que predomine.
Si queréis pasar tardes inolvidables junto a vuestra familia o amigos, estamos seguros de que WarioWare: Move It! sabrá daros lo que buscáis, haciendo que mováis el esqueleto.