Vídeo análisis de SCHiM

Intenta reunirte con tu personaje en SCHiM, un juego de puzles y plataformas en el que te moverás por las sombras.

El dúo de desarrolladores Ewoud & Nils, junto con la editorial PLAYISM y Extra Nice, nos traen una aventura de plataformas tridimensional con algunas dosis de puzles que os llevará a viajar entre las sombras: SCHiM. Ya disponible digitalmente para PlayStation 5, PlayStation 4, Xbox Series X|S, Xbox One, Nintendo Switch y PC, con lanzamiento físico para PlayStation 5 y Nintendo Switch en nuestra región planeado para el 25 de octubre, descubre con nuestro análisis este peculiar título.

Su historia nos habla del schim, el alma y el espíritu de un objeto o ser vivo. Todo el mundo tiene uno y nunca debe separarse de su individuo, ya que llevaría a su malestar. Este es el caso de nuestro schim, que ha perdido a su dueño y ahora tendrá que afrontar un largo viaje para regresar hasta él. Una premisa sencilla que nos lleva a descubrir los problemas que afronta nuestro humano a lo largo de su vida, estando perfectamente narrado mediante elementos visuales y viendo como todo evoluciona cuando nos reunimos con él.

Las mecánicas resultan muy sencillas, pudiendo desplazarnos en cualquier dirección, saltar e interactuar con cualquier persona u objeto siempre y cuando nos encontremos en su respectiva sombra. También podemos girar la cámara para intentar localizar mejor el camino a seguir, desarrollándose todo desde una perspectiva isométrica. El objetivo es muy simple, llegar hasta un lugar marcado que podemos consultar en cualquier momento presionando un solo botón.

Pero no es tan sencillo como puede parecer, ya que para ello tenemos que movernos entre las sombras, pudiendo ser estáticas, con movimiento e incluso aparecer o desparecer cuando las luces se encienden y apagan o hay tormentas. Es algo que se repite a lo largo de la aventura, si bien a veces se ve aderezado con algunos aspectos que hacen que el desarrollo sea más entretenido, como semáforos que podemos activar para que los vehículos se paren o desplacen, animales que se pueden asustar para movernos con ellos, un golfista que golpea una pelota de golf para llevarnos hasta nuevas zonas y más.

Es una pena que estos momentos sean muy puntuales, ya que le aportarían mucha más profundidad jugable a la aventura y harían que los puzles fueran más interesantes. A la larga se siente como un concepto muy bueno pero que ha sido desaprovechado, con escenarios cuyo diseño es demasiado simple en ocasiones y solo nos tenemos que dedicar a avanzar saltando. A ello tampoco ayuda que el objetivo no aparezca siempre marcado con precisión, llevándonos por rutas que no siempre llegan hasta el lugar al que necesitamos ir.

Todo este cúmulo de decisiones hace que el nivel de dificultad sea aleatorio y tan pronto estemos realizando un puzle complejo como uno realmente fácil sin importar en qué punto nos encontremos de la aventura. ¿Quiere esto decir que sea un mal juego? Para nada, es bastante entretenido, sobre todo en lo que se refiere a la hora de resolver puzles con ciertas mecánicas que se van añadiendo, pero es cierto que nos hubiera gustado ver menos niveles y aprovechar mejor algunas ideas, ya que da la sensación de haber sido alargado artificialmente para contar su historia.

La duración de la aventura da para unas 6 o 7 horas de juego, todo dependiendo del tiempo que dediquéis a encontrar el camino correcto o a localizar los diversos coleccionables repartidos por los escenarios, que muchas veces os llevarán a desviaros.

Lo que sí nos ha encantado es su peculiar apartado gráfico, con un mundo abstracto que refleja mediante paletas de colores minimalistas el estado de ánimo de nuestro personaje humano. Todo está perfectamente recreado y las sombras se distinguen perfectamente para saber los lugares por los que podemos movernos. Además ofrece una imagen muy limpia, donde no aparece ninguna interfaz ni señales más allá del tutorial del principio o cuando encontramos algún coleccionable.

Algo similar ocurre con el sonoro, cuyas melodías también concuerdan a la perfección con el estado de ánimo del personaje, si bien nunca son intrusivas para hacer que la exploración sea una delicia y dejar más espacio para los efectos, los cuales también están muy trabajados para materializar incluso el sonido de cada animal.

SCHiM es, en definitiva, un título cuya idea inicial nos había enamorado, pero que no ha sabido aprovechar todo su potencial para ofrecernos unos puzles más profundos que hubieran hecho de éste un viaje mucho más entretenido. El diseño de niveles irregular y la falta de equilibrio en la dificultad hacen que a la larga pueda resultar extraño y un tanto repetitivo, aunque a veces florecen ideas que le aportan encanto. Donde no tenemos quejas es en lo audiovisual, que está muy trabajado para narrarnos su historia mediante elementos visuales.

Si os gustan los títulos originales, SCHiM es una aventura que os atraerá por su innovador concepto, si bien no ha sabido alcanzar todo el potencial que podría dar de sí con los momentos de puzles y plataformeo. Aún con todo, creemos que merece una oportunidad y no quedarse oculto entre las sombras.

Salir de tu cuenta
Accede a tu cuenta