Vídeo análisis de Dawn of the Monsters

Únete a la fuerza de defensa terrestre para enfrentarte a gigantes enemigos conocidos como Nephilim en Dawn of the Monsters.

La editorial WayForward y la desarrolladora 13AM Games lanzan un nuevo beat’em up de desplazamiento lateral en el que tendréis que enfrentaros a todo tipo de kaijus manejando a poderosas criaturas gigantes, ya sea en solitario o en cooperativo, en Dawn of the Monsters. Con cuatro impresionantes personajes jugables disponibles, mejoras a equipar, más de 35 misiones a superar y muchos extras, descubre en nuestro análisis todos los detalles de este divertido título que rinde homenaje a los kaijus.

Su historia nos habla de los Nelphilim, unas criaturas gigantescas que han aparecido por todo el mundo de forma inesperada y han empezado a arrasar con todo a su paso. Con el fin de detenerlos, la Red Mundial de la Alianza de Defensa (también conocida como DAWN) ha empezado a evacuar a la población mientras se prepara para la ofensiva. Liderados por Eiji Murasame, famoso por ser el superhéroe gigante Aegis Prime, cuatro  guerreros representan la última esperanza de la humanidad.

Se trata de un argumento sencillo pero que está genialmente narrado, con conversaciones que resultan muy amenas y le dan un sentido a la aventura. Además es presentada con escenas al estilo de los cómics que le aportan vistosidad y diálogos como si de una novela visual se tratara. De vez en cuando desbloquearéis también más conversaciones entre los personajes que podréis visualizar visitando el menú principal del juego.

Lo primero que queremos comentar es que hay cuatro personajes jugables: dos Nephilim que luchan del lado de la humanidad, Megadon (el Volcán Viviente) y Ganira (el Terror de los Mares); Aegis Prime, un superhéroe gigante controlado por Eiji Murasame; y Tempest Galahad, una ATOM lista para el combate y pilotada por Jamila Senai. Todos estos personajes están muy bien diferenciados entre sí, teniendo una serie de movimientos, habilidades y peculiaridades que los hace únicos.

Pasando a sus mecánicas, estamos ante un beat’em up de desplazamiento lateral en el que nos movemos por sus diferentes profundidades mientras acabamos con rivales utilizando ataques ligeros, pesados y arremetiendo contra ellos, ofreciendo su combinación diferentes movimientos. Después tenemos una defensa y una esquiva que, al ejecutarlos en el momento oportuno, permiten evitar daños temporalmente para contraatacar, apareciendo en los enemigos un destello que nos indica cuando van a realizarlos. Cuando un enemigo tiene la vitalidad baja podemos ejecutarlos para acabar con ellos al instante, recuperar algo de vitalidad e incluso utilizar partes de su cuerpo en contra de otros rivales. Eso sí, para realizar este movimiento necesitamos gastar una barra de rabia.

Estas barras de rabia se rellenan poco a poco al golpear a los enemigos o recibir daños, permitiendo sus fragmentos realizar ataques de rabia, una serie de habilidades que varían según el protagonista seleccionado. A medida que consumimos rabia se llena el indicador de cataclismo, con el cual podemos activar el ataque cataclísmico del personaje una vez completo, tratándose de una habilidad devastadora que os sacará de más de un apuro.

Los escenarios de Dawn of the Monsters también son bastante interactivos. Además de algunos ataques ocasionales que debemos esquivar para evitar daños de enemigos lejanos, hay útiles que podemos utilizar en nuestro favor para acabar con los rivales, ya sean edificios, postes de electricidad, vehículos o armas, entre otros. Repartidos por estas localizaciones encontraréis también potenciadores que recuperan vitalidad, barras de rabia o el indicador de cataclismo.

En cuanto a enemigos, por cada zona se nos van presentando seres con diferentes propiedades que debemos aprender para encontrar sus puntos débiles. No suelen ser demasiado poderosos, si bien pueden poneros en aprietos cuando vienen en grandes grupos. Mención aparte merecen los jefes finales de cada una de sus localizaciones, los cuales tienen patrones mucho más elaborados y le aportan un pico de dificultad que hace que sus combates sean mucho más interesantes.

Dependiendo de los enemigos asesinados, edificios derribados, rabia consumida, daño infligido, el recibido o el tiempo que hemos tardado, recibimos más o menos fondos, puntos y, en consecuencia, un mejor o peor ranking. Este ranking es muy importante, ya que al final de cada mundo podemos elegir dos modificadores como premio, siendo estos mejores cuanto más alta sea la puntuación.

Cada personaje puede equiparse hasta tres modificadores de ADN con distintas propiedades, aunque se almacenan hasta un total de 100 de diferentes ranuras y niveles. Estos mejoran aspectos como el ataque, la defensa, la velocidad, el porcentaje de críticos, el daño de los mismos, la generación de rabia o el vampirismo, con el que recargamos vitalidad. Además tienen ciertas propiedades únicas que os vendrán mejor o peor según vuestro estilo de juego. Los que no queramos se pueden vender para conseguir fondos que después invertimos en mejoras como más vitalidad, barras de rabia, de cataclismo o diferentes skins para cada uno de los protagonistas.

La duración del juego es quizás uno de sus puntos débiles, ya que puede completarse en pocas horas. Contamos con algo más de 35 misiones a completar en diferentes localizaciones basadas en la realidad, como Japón, Canadá o Egipto. Lo bueno es que es muy rejugable por intentar obtener siempre el ranking S+ en cada nivel, las mayores puntuaciones y desbloquear los mejores modificadores. Se agradece también que tengamos archivos en los que consultar montones de detalles o poder jugar toda la campaña en cooperativo local.

El apartado gráfico utiliza un estilo en cel shading que le aporta mucho atractivo al asemejarse a los cómics. Los personajes están bien recreados y animados, mientras que las ciudades son algo más sencillas en cuanto a diseños. Lo que sí nos ha gustado mucho es el gran nivel de interactividad que tienen, pudiendo destrozarlos casi al completo y utilizar algunos de sus elementos en nuestro favor, siempre acompañados de efectos que le dan espectacularidad y movimientos algo lentos para representar su grandeza.

En el sonoro tenemos melodías de corte épico para darle ritmo a las batallas y mucha intensidad, asemejándose en este sentido a las de las películas de kaijus. En general suelen quedar en un segundo plano para dar paso a los efectos, ya sean golpes, destrucción o los rugidos de las criaturas. Además cuenta con un gran elenco de dobladores en inglés para las conversaciones y textos en español para no perdernos ningún detalle.

Como conclusión, Dawn of the Monsters es un título que atraerá a los seguidores de los beat’em up y de los kaijus, con una jugabilidad sencilla pero que engancha, varios extras a conseguir y un modo cooperativo local que hace que sea mucho más divertido. Los diseños son bastante llamativos, con mención especial a unos protagonistas y jefes cuyo estilo de cómic le aporta atractivo. En lo negativo tenemos una duración bastante corta a pesar de ser rejugable por intentar conseguir las mejores puntuaciones y desbloquear sus extras.

A pesar de todo, estamos ante una aventura cargada de acción muy entretenida a la que merece la pena darle una oportunidad si os atraen sus diseños, lanzándose a un precio reducido que le aporta aún más atractivo.

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