Vídeo análisis de Bang-On Balls: Chronicles

Rueda por amplios mundos cargados de enemigos y secretos mientras te enfrentas a poderosos jefes en Bang-On Balls: Chronicles.

La desarrolladora Exit Plan Games y la editorial Untold Tales nos traen una aventura de amplios mundos destructibles llena de combates, zonas de plataformeo, personalización de personajes y montones de elementos coleccionables con Bang-On Balls: Chronicles. Prepárate para rodar el 5 de octubre, cuando este juego se lance en PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y PC, pudiendo ahora conocerlo en profundidad con nuestro análisis.

Su historia nos pone en el papel de una bola llamada Bob, que sueña con convertirse en una estrella y alejarse de su vida cotidiana mientras trabaja como interno en un estudio de cine. Para ello se dirige a los Estudios Bang-On, donde deberá viajar a través de diferentes épocas para encontrar rollos de película, plantarle cara a su jefe y enfrentarse a todo tipo de enemigos con el fin de recomponer escenarios y poco a poco ganarse su lugar en el mundo.

Es una trama muy simple y cuyo único objetivo es llevarnos a diferentes localizaciones para combatir con montones de enemigos, superar zonas de plataformeo y, sobre todo, explorar escenarios para descubrir todos los secretos que allí nos esperan. Lo mejor de todo en este sentido es la enorme cantidad de referencias que encontraréis al mundo del cine, la literatura o los videojuegos, haciendo que siempre queramos recorrer cada rincón.

En sus mecánicas encontraréis un título de plataformas y acción con enormes mundos a recorrer llenos de secretos y coleccionables que se puede jugar tanto en solitario como en compañía, ya sea de manera local para dos jugadores u online para hasta cuatro. Aquí podemos rodar en cualquier dirección, manejar la cámara libremente, hacer zoom, atacar, defendernos, saltar, realizar un impulso, una potente caída en picado, aspirar esferas de vitalidad o de dinero e incluso silbar y señalar una posición para cuando jugamos en cooperativo.

Aunque puedan parecer pocas acciones, dan mucho juego a lo largo de la aventura. Esto se nota especialmente al visitar cada uno de sus mundos, donde se añaden diferentes artefactos que van cambiando la rutina para hacer que se sienta distinto a cada paso que damos y le añaden un plus bastante interesante a la hora de explorar los escenarios. Además hay unas estrellas  que nos vuelven gigantes temporalmente para causar el caos en las filas enemigas.

Uno de los aspectos más destacados de la aventura es la enorme cantidad de elementos disponibles para personalizar a Bob. En las sillas de tatuaje podréis cambiar el color y diseño del protagonista, sus ojos, bigote o ponerle tatuajes. Pero también hay muchos accesorios a equipar, ya sean armas, escudos, sombreros, gafas, camisas, capas, pajaritas, sonidos o mascotas. Por lo general suelen ser objetos meramente estéticos, aunque hay algunos con propiedades únicas como electrocutar, congelar o pinchar a los rivales, por poner ejemplos, así como gafas que alteran nuestra visión del mundo.

Antes de equipar dichos útiles, como es lógico, tendréis que desbloquearlos, ya sea localizándolos en pequeños rincones, cofres, derrotando a poderosos enemigos o al gastar unas esferas azules que funcionan como dinero en este juego. Localizarlos todos no es una tarea sencilla, requiriendo mucha paciencia y ensayo.

Por otro lado, también os tocará enfrentaros a diversos enemigos, cada uno con ciertas particularidades. Al principio solo debemos embestirlos hasta agotar su vitalidad, aunque hay otros que requieren que los aturdamos para evitar sus defensas o que están equipados con accesorios que pueden dañarnos por ciertas partes y toca evitar. Para derrotarlos hay que sorprenderlos, en ocasiones utilizar el escenario a nuestro favor para lanzarles objetos pesados o incluso afectarles con elementos como el fuego o el frío, por ejemplo. Los más divertidos de combatir, tal y como era de esperar, son los jefes, los cuales cuentan con puntos débiles a descubrir para poder hacerles daño y varias fases diferentes, todo mientras esquivamos sus acometidas.

En la versión que nosotros estamos jugando hay cinco mundos a visitar: Estudios Bang-On (que sirve como zona central para viajar al resto de localizaciones), Invasión Vikinga, La fría carrera espacial, Monedas perdidas del Kraken y Problemas de tiempo en la Isla Kaiju. Todos tienen una ambientación muy diferente entre sí, aliados que rescatar, montones de coleccionables a descubrir relacionados con su temática y los rollos de película comunes, así como un poderoso jefe esperando al final de cada uno de ellos. Además se ha anunciado que hay más mundos en camino.

Dichas localizaciones tienen sus propios objetivos para completar el nivel que pueden ser consultados en cualquier momento, indicándose en el escenario los lugares destacados que debemos visitar para completarlos. Pero, como ya hemos comentado, hay mucho por descubrir más allá de estas tareas principales, siendo en realidad el verdadero atractivo del juego. Existe incluso la posibilidad de reiniciar estos niveles por si queremos completarlos desde cero, pero siempre conservando los coleccionables que ya hemos desbloqueado.

Como lado negativo diremos que hemos encontrado algunos bugs y que es fácil sentirse un poco desorientado a veces debido al enorme tamaño de sus mapas y la verticalidad, por lo que hubiéramos agradecido algún tipo de minimapa. Pero tranquilos, poco a poco os iréis acostumbrando mediante una profunda exploración que os llevará a descubrir montones de coleccionables.

Es una aventura que puede completarse en pocas horas si os centráis en los objetivos principales, pero cuya duración se ve disparada si intentáis conseguir todos los coleccionables ocultos por los diferentes mundos, que no son pocos. Además, hay muchos minijuegos, incluidos los de la zona arcade, y múltiples referencias os harán explorar hasta los rincones más remotos.

El apartado gráfico también nos ha gustado mucho, con escenarios enormes, variados y muy detallados, que además permiten mucha destrucción, y personajes sencillos pero que derrochan simpatía gracias a los diferentes disfraces, todo ello acompañado de efectos de calidad, como una buena iluminación, sombras o reflejos. Es cierto que hay ciertos problemas en algunas texturas, popping, una cámara que a veces no ofrece la mejor perspectiva en los espacios cerrados o lugares en los que todo se vuelve muy caótico, pero se trata de un trabajo encomiable para tratarse de un equipo independiente.

En el sonoro encontramos muchas melodías diferentes con un toque desenfadado que le sientan genial, así como otras que se adaptan a las temáticas de cada mundo. No esperéis nada demasiado destacado en este sentido, quedando además normalmente en un segundo plano, si bien cumplen con su cometido. Los efectos están cuidados y, aunque los personajes solo emiten pequeños ruidos, los textos llegan en varios idiomas, entre los que se encuentra el español.

Como conclusión, Bang-On Balls: Chronicles es un título de plataformas, acción y exploración que destaca sobre todo por la multitud de coleccionables que ocultan sus niveles, invitándonos siempre a recorrer cada rincón para localizarlos y así personalizar a Bob. También nos han gustado mucho los diseños de escenarios y las peleas contra jefes, las cuales se sienten muy diferentes. Hay pequeños detalles mejorables, como la cámara o ciertas texturas, pero nada que ensombrezca el genial resultado final.

Si lo vuestro es no dejar piedra sin remover para localizar todos los secretos que oculta un juego, estamos seguros de que Bang-On Balls: Chronicles sabrá satisfacer vuestras ansias de descubrimiento.

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