Vídeo análisis de Jotunnslayer: Hordes of Hel

Sobrevive a montones de hordas enemigas para enfrentarte a poderosos Jotun con la ayuda de los dioses en Jotunnslayer: Hordes of Hel.

La desarrolladora Games Farm y la editorial Grindstone nos traen un nuevo título de supervivencia de hordas roguelite que se ambienta en los oscuros y míticos reinos de la mitología nórdica: Jotunnslayer: Hordes of Hel. Disponible el 3 de septiembre en PlayStation 5, Xbox Series X|S y en su versión 1.0 para PC, descubre con nuestro análisis lo que te espera en este divertido juego de acción.

Su historia nos lleva hasta los dominios helados de Hel, lugar al que las almas indignas han sido expulsadas desde los albores de la creación. En esta zona, el frío de la noche eterna no ha logrado apagar el intenso brillo de algunos espíritus, quienes anhelan librarse de las garras de la oscuridad. Aquí es donde entramos nosotros, dispuestos a enfrentarnos a enormes oleadas de enemigos y poderosos jefes para alcanzar la libertad y convertirnos en leyendas.

Esta trama no tiene una gran presencia a lo largo de la aventura y, más allá de una pequeña introducción, no encontraréis demasiados detalles de la misma, sirviendo más como un motivo que nos invita a adentrarnos en su mundo para enfrentarnos a una gran variedad de enemigos en distintas localizaciones. Eso sí, se agradece la inclusión de los Archivos de Mimir para conocer más detalles sobre cada clase y los dioses.

Tal y como os hemos avanzado, se trata de un título de supervivencia de hordas roguelike en el que elegimos una de las diferentes clases disponibles para afrontar los desafíos que nos esperan: Berserker, Profetisa, Hermana de la llama, Renacido, Guardián y Asesina. Cada uno de ellos tiene una serie de peculiaridades que los hace únicos, sintiéndose muy diferentes a los mandos. Comentar que al principio solo hay disponibles un par de ellos, desbloqueando al resto tras cumplir ciertos requisitos.

Una vez seleccionada una clase, nos toca elegir su arma, las cuales podemos comprar mediante cristales que conseguimos en las partidas, y una skin, desbloqueándose éstas tras completar una serie de objetivos. Por último elegimos una localización, encontrando un total de cinco disponibles: Niflheim, Muspelheim, Jotunheim, Svartalfheim y Helheim. Estas nos abrirán su acceso tras completar las anteriores en, al menos, su dificultad normal, invitándonos a sobrevivir un tiempo determinado mientras completamos misiones hasta conseguir el acceso a la localización de un Jotun en concreto para enfrentarnos a él.

En cuanto a mecánicas, aquí podemos movernos en cualquier dirección desde una perspectiva isométrica, atacando nuestro personaje automáticamente o, si lo preferimos, de forma manual. A medida que derrotamos enemigos obtenemos unos cristales de experiencia con los que vamos subiendo de nivel y, en consecuencia, aprendiendo nuevos atributos de clase o de los dioses, así como subclases de manera ocasional. Estas habilidades, tanto activas como pasivas, son imprescindibles para poder avanzar, ya que nos proporcionan el poder necesario para enfrentarnos a grandes grupos. Cada una tiene una serie de particularidades y, cuantas más acumulemos de un mismo tipo, más poder van ganando. Como es lógico, la habilidades activas nos toca activarlas manualmente, teniendo que esperar un tiempo determinado para volver a usarlas.

Pero esto no es todo. Para poder avanzar por lo niveles debemos cumplir una serie de misiones que se van desbloqueando cada cierto tiempo, permitiéndonos elegir entre varias dificultades que nos proporcionarán mejores premios según el riesgo que tomamos. Sobrevivir a alguna maldición, recoger setas, acabar con poderosos enemigos o activar pilares son solo algunas de las que os esperan, no siendo demasiado variado en este sentido.

Lo que sí nos ha gustado es el diseño de sus escenarios. No son demasiado grandes, pero cada uno tiene su ambientación, enemigos y una serie de trampas o caminos a activar que os dificultarán el avance. Además, todos comparten algunos extras interesantes, como cofres con objetos útiles, comida y zonas con las que recuperar salud, o un enemigo dorado que deja jugosos premios si lo derrotamos. Localizarlos es bien sencillo, ya que normalmente os aparecerán en el minimapa.

Los enemigos, por su parte, son bastante variados y se nos van presentando a lo largo de las diferentes localizaciones. Los hay de todos los tamaños y tienen sus propias peculiaridades, requiriendo aprenderlas bien para saber cómo acabar con ellos. Mención especial merecen los Jotun, mucho más poderosos y con varias fases de poder que dependerán de la dificultad elegida.

El objetivo es simple, ir derrotando enemigos para intentar sobrevivir mientras nos hacemos más poderosos, cumplimos las misiones en el tiempo límite y activamos el camino que nos lleve hasta el enfrentamiento con el Jotun. Suena fácil, pero nada más lejos de la realidad. Como buen título roguelite, moriréis muchas veces, pero existe un sistema de progresión que facilita la tarea. Eso sí, perderéis todos los atributos desbloqueados en cada partida y los objetos, menos las monedas y los cristales.

A lo largo de las partidas recogeréis oro que dejan los enemigos, el cual al final se convertirá en puntos de atributo que podéis invertir en árboles de habilidades tanto de los personajes como de los dioses, dando lugar a nuevas habilidades, mejoras de las estadísticas e incluso la mejora de algunos poderes ya conocidos, entre otros. Y ojo, que los dioses, al igual que las clases y los escenarios, se irán desbloqueando poco a poco. Lo mejor es que podéis desactivar y activar todos estos parámetros según os convenga, lo que os permite jugar con cualquier clase sin necesidad de aprenderlo todo de cada uno. Además hay una sala de trofeos con objetivos que, al cumplirlos, nos otorgan más de estos puntos.

Todo esto hace que sea un título tan accesible como divertido, dejando poco a poco esa sensación de progreso satisfactorio que se puede esperar de los roguelite. Pero si todo ello os parece poco, hay diferentes niveles de dificultad que se van desbloqueando al completar los anteriores, modificadores que alteran las partidas e incluso un modo infinito que nos invita a sobrevivir el mayor tiempo posible, sin tiempo y aumentando su dificultad progresivamente mediante tormentos, unas desventajas que se irán sumando. Además, para recoger ciertos cofres y extras toca reunir minerales del escenario o determinados enemigos.

No se trata de un juego con una larga duración, pero sí que ofrece mucha rejugabilidad gracias a las distintas clases de personajes, los diferentes objetivos, la diversidad de atributos entre los que elegir, los modificadores y las dificultades, que proponen un reto a la altura, haciendo que siempre queramos probar diferentes combinaciones.

El apartado gráfico nos ha gustado, con personajes y enemigos bien animados, escenarios variados con algunos elementos destructibles, buenos efectos y una gran cantidad de criaturas mostrándose a la vez en pantallas. En la versión de PS5, que es la que hemos jugado, notamos alguna que otra pequeña caída de fotogramas, algo de tearing y ciertos problemas con los textos, pero nada demasiado preocupante y que no pueda pulirse en futuras actualizaciones.

La banda sonora es bastante sencilla, si bien le aporta el toque épico que buscan para las batallas multitudinarias, todo ello junto a geniales efectos de sonido. Además, el juego nos llega con textos en varios idiomas, entre los que se encuentra el español.

Como conclusión, Jotunnslayer: Hordes of Hel es un roguelite que, sin innovar demasiado en el género, sabe cómo ofrecernos un título accesible, divertido y con un buen sistema de progresión. Las clases de los personajes, así como los atributos de los dioses, se sienten muy diferentes entre sí, invitándonos a probar todas las disponibles junto a la diversidad de dificultades y modificadores. En lo técnico todavía tiene algo de margen de mejora, pero por lo general nos ha gustado.

Si sois aficionados a los juegos de supervivencia por hordas roguelite, estamos seguros de que Jotunnslayer: Hordes of Hel os atraerá por sus posibilidades y la gran rejugabilidad que ofrece.

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