Nintendo y la desarrolladora Monolith Soft nos invitan a recorrer una vez más el mundo de Mira en una versión remasterizada y ampliada de uno de los jRPGs más alabados de la época de Wii U con Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition. Ya disponible en exclusiva para Nintendo Switch, con nuestro análisis podréis conocer en profundidad las principales características y novedades incluidas en este enorme título.
Su historia nos traslada hasta el año 2054, donde una guerra intergaláctica entre dos razas alienígenas ha destruido la Tierra y dejado a la especie humana al borde de la extinción. Para evitar su completa desaparición, naves espaciales partieron de todas las grandes ciudades del planeta, si bien solo lograron escapar unas pocas. Entre ellas se encuentra la Ballena Blanca, una enorme nave que sirve como ciudad para sus residentes. Pero tras dos años buscando un nuevo hogar y cuando todo parecía haber terminado, reciben un nuevo ataque alienígena y acaban varados en un vasto y salvaje planeta al que llamaron Mira. Ahora, nuestros héroes, que forman parte del grupo BLADE, deben encontrar una forma de sobrevivir, rescatar a los desaparecidos y descubrir la verdad tras el conflicto.

Esta trama es realmente buena, estando genialmente narrada con momentos muy emocionantes, montones de giros y sorpresas que sabrán mantener vuestro interés, con unas escenas impresionantes y cargadas de acción. Quizás sus protagonistas no sean los más carismáticos, donde todo el peso recae sobre tres de los múltiples que controlamos a lo largo de la aventura, pero eso no influye en la calidad general del juego. Lo mejor de todo es que se ha incluido más elementos de la historia con un nuevo epílogo realmente bueno, largo y que pone un punto y final a un argumento que en el juego original dejaba algunas lagunas. Eso sí, no entraremos en más detalles para evitar los spoilers.

Nada más comenzar, y tal y como ocurría en el juego original, toca crear a nuestro personaje. No os preocupéis demasiado por su apariencia, ya que se puede cambiar a lo largo de la aventura, con montones de rasgos entre los que elegir y muchos elementos de personalización que iréis consiguiendo del variado equipamiento.

Pasando a las mecánicas de Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition, volvemos a estar ante un JRPG con combates en tiempo real y un gigantesco mundo a explorar de diferentes alturas y biomas. En las batallas, nuestro grupo (formado hasta por cuatro integrantes de un montón a reclutar) ataca automáticamente, ya sea con armas cuerpo a cuerpo o a distancia entre las que cambiamos nosotros cuando creamos que es necesario. Aquí cuenta nuestro posicionamiento y las partes que atacamos de los rivales tanto para debilitarlos como para obtener un material en concreto.

Pero la parte más interesante viene dada por las artes, las cuales solo pueden usarse tras rellenarse su indicador con el tiempo o al realizar ciertas acciones. Éstas son de diferentes tipos y pueden servir para debilitar a un rival, derribarlo o aturdirlo, entre otras. Seguir las instrucciones de nuestros compañeros y aprovechar las diferentes ventajas es muy útil, ya que activan ocasionalmente un quick time event conocido como Reto del Alma que, si lo ejecutamos de forma precisa, nos otorga Puntos de Tensión (PT). Estos puntos son importantísimos, ya sea para realizar las artes más poderosas, resucitar a miembros caídos o activar el modo Turbo, que permite que todas las artes se rellenen muy rápido para ejecutar cadenas y ocasionar un gran daño durante un tiempo limitado. También hay un nuevo medidor de recarga rápida permite ejecutar las artes de manera más continuada, aunque es limitado.

Por supuesto, también entran en juego otros factores, tales como los efectos alterados, nuestro nivel, la clase elegida (que aumenta de categoría para desbloquear nuevas artes), las habilidades o el equipamiento que llevamos, el cual determina incluso qué tipo de artes podemos utilizar. Además estaréis consiguiendo nuevas piezas de equipamiento en casi todos los combates, pudiendo incluso fabricar otro nuevo, comprarlo o mejorar el existente. Todo esto hace que tengamos un sistema de combate muy profundo y completo, tardando bastante tiempo en comprender bien su funcionamiento.

Sin embargo, la parte más satisfactoria de toda la aventura es la exploración. Sus localizaciones son gigantescas, sin tiempos de carga entre ellas (o muy cortas si realizamos el viaje rápido) y hay enemigos de todo tipo y de diferentes niveles que pueden poneros en un aprieto si escogéis el camino equivocado. Es algo que puede abrumar al comienzo de la aventura, con grandes caminatas hasta descubrir nuevos puntos en los que colocar sondas para ver lo que tenemos alrededor, como criaturas magnas, restos a recoger, misiones secundarias o nuevos emplazamientos para las sondas. Estas sondas, además, son de varios tipos y nos ayudan a investigar, conseguir materiales y dinero, algo muy útil en partes avanzadas del juego. Desde ya os advertimos que alcanzar ciertas zonas u objetivos no es nada sencillo debido a la gran verticalidad de los escenarios, pudiendo ir por el cielo, tierra y agua. Como pequeña ayuda tenemos la Bola de “Sígueme”, que nos marca el camino de las misiones seleccionadas.

La exploración en Xenoblade Chronicles X se ve potenciada cuando conseguimos los Skells. Estos mechas dan una gran sensación de poder y nos permiten desplazarnos más ágilmente por los escenarios, especialmente al conseguir un propulsor que nos permite volar. Es cierto que tardaréis bastantes horas en obtener el primero, pero os ayudará a comprender mejor la escala del mapeado y os hará apreciar más a los Skells. Estos Skells se pueden personalizar pero, a diferencia de los personajes, el equipamiento viene acompañado de las artes.

En combate tienen una gran potencia, permitiendo acabar con más facilidad con los enemigos de mayor tamaño. Pueden agarrar temporalmente a los rivales para que ataque el grupo, activar el modo turbo e incluso un modo cabina que nos vuelve invencibles temporalmente y rellena todas las habilidades para poder volver a usarlas. Es posible que rompan partes de nuestros Skells y, en caso de no tener un seguro, si acaban con ellos nos tocará desembolsar una buena cantidad de dinero. No queremos olvidar que usan combustible, siendo bastante caro rellenarlo, aunque existen otras formas de hacerlo. Al principio solo llevamos un Skell, no tardando demasiado en conseguir para todo el grupo.

Lo único que no nos convence, al igual que pasaba en el juego original, son sus misiones secundarias. Hay multitud de ellas en nuestra base, conocida como Nueva Los Ángeles (NLA), y normalmente se basan en recoger objetos, derrotar a un enemigo o rescatar a alguien. Estaría bien si fueran optativas, pero son esenciales para subir de nivel y adentrarnos en nuevas zonas. También existen otras de afinidad bastante similares, aunque al menos sus historias son más interesantes y nos permiten reclutar a nuevos miembros para nuestro grupo. Lo peor de todo es que completar algunas de ellas es imprescindible para avanzar en la trama principal, requiriendo además haber descubierto cierto porcentaje de un área determinada del mapa o llevar a ciertos personajes.

Por último, comentar que se han añadido diferentes mejoras a Xenoblade Chronicles X en su edición definitiva, como la posibilidad de alternar entre los miembros del grupo en cualquier punto del mapa desde el menú, cambiar la hora sin necesidad de visitar lugares específicos, tener acceso a todo sin importar la categoría de BLADE que escojamos, una interfaz más clara, más equipo, habilidades e incluso tres ranuras de guardado, entre muchas otras mejoras de calidad de vida que hacen que la experiencia mejore enormemente.

En consecuencia, todo esto que os hemos contado y mucho más que nos dejamos atrás, da para una duración de unas 90 horas si solo nos dedicamos a realizar lo necesario para ver el final de la aventura, pero muchísimo más si queremos completar todas las tareas optativas. Y creednos, su número es enorme.

El apartado gráfico ha mejorado notablemente, y eso que ya era espectacular en su momento, especialmente en nitidez y ciertos detalles técnicos. Los escenarios son gigantescos, variadísimos, con geniales transiciones entre ellos y nos permiten viajar a cualquier punto que veamos, todo sin tiempos de carga. Además, las criaturas que habitan en ellos y la flora le aportan mucha vida. Si a esto le sumamos un diseño artístico de lujo y buenos efectos, como transición entre el día y la noche y climatología cambiante, tenemos un producto soberbio. Sí, hay alguna que otra caída de fotogramas, pero es increíble el resultado conseguido en Nintendo Switch.
Como no podía ser menos, el sonoro también es espectacular, con una amplia selección de melodías que ambientan a la perfección su mundo, tanto melódicas como con vocales, con geniales efectos y voces para todos los personajes en inglés o japonés. Además vuelve el elenco original y otros nuevos actores y actrices para grabar más frases para los añadidos de la historia.

Xenoblade Chronicles X: Definitive Edition es, en definitiva, un título que no debería perderse ningún amante de los JRPG, con un gigantesco mundo en el que perderse, un sistema de combate muy estratégico y desafiante y una progresión realmente satisfactoria. Es cierto que al principio puede resultar algo confuso y abrumar su magnitud, pero mejora enormemente según avanzamos. Además, los cambios, los añadidos y las mejoras le han sentado realmente bien, haciendo que sea un producto aún más redondo y divertido.
Así que no lo dudéis más y uníos a los BLADE para enfrentaros al grupo de peligrosos invasores, descubrir toda la verdad sobre el conflicto y formar una nueva civilización.

