Vídeo análisis de Tails of Iron

Lidera el clan de las ratas para poner fin al feroz ataque de los anfibios en el nuevo RPG de acción y aventuras para consolas y PC, Tails of Iron.

La desarrolladora Odd Bug Studio y la editorial United Label nos traen un nuevo RPG de acción y aventuras con combates al estilo souls, Tails of Iron, que cuenta con lanzamiento físico en España por parte de Meridiem Games para consolas y está disponible en formato digital para las mismas y PC. Un viaje de desarrollo lateral en el que nos enfrentamos a diversas criaturas y vamos mejorando nuestro equipamiento para afrontar cada vez desafíos mayores que podéis descubrir en nuestro análisis.

Su historia se centra en las ratas, quienes llevan siglos rechazando las invasiones de las ranas, hasta que un día un joven monarca consigue unificar a todas las ratas bajo un mismo gobierno y expulsa al clan de la Verruga Verde del lugar. Pero el tiempo no pasa en balde y el Rey veía como el Clan de la Verruga Verde se acercaba arrasándolo todo a su paso tras conocer su débil estado.  Aquí nos ponemos en el papel de Redgi, quien se enfrenta a su hermano para ver quien es el digno heredero al Trono de las Ratas. Tras ganar y conseguir dicho privilegio, el Clan de la Rana invade todo el reino, destrozando todo lo que encuentran a su paso. Ahora tendrá que emprender un peligroso viaje para acabar con los anfibios, enfrentándose a montones de criaturas que pondrán a prueba su valía mientras rescata a su familia, los supervivientes, echa una mano a los lugareños y reconstruye el reino.

Se trata de una trama sencilla pero entretenida, que es narrada como si de un cuento se tratara con los comentarios del icónico Doug Cockle, a quien recordaréis como la voz de Geralt de Rivia en la saga de juegos The Witcher. No esperéis nada demasiado profundo ni sorprendente en este sentido, si bien resulta bastante llevadera y está siempre acompañada de textos en castellano.

Las mecánicas de Tails of Iron son muy accesibles, donde tenemos la posibilidad de desplazarnos lateralmente, saltar, atacar, defendernos, esquivar rodando y la habilidad de realizar desvíos. Los combates son básicamente una combinación de estos movimientos, en los que tenemos que rodar cuando aparece un símbolo rojo para evitar que nos embistan, apartarnos cuando aparece un círculo del mismo color o realizar desvíos cuando el símbolo es amarillo para después proceder al contraataque. También contamos con un líquido que nos permite recuperar vitalidad y que podemos rellenar en ciertos barriles o extrayéndolo de algunas criaturas.

Llegado el momento veréis que todas las batallas que libréis siguen más o menos ese patrón, donde lo único que cambia es el equipamiento que llevamos para poder realizar más daño y disminuir el que recibimos. También encontraréis otras armas y útiles, como arcos y ballestas para atacar a los enemigos lejanos y derribar a los voladores de forma semiautomática, hachas, lanzas y espadas a dos manos para tumbar a aquellos que se cubren con escudos o la posibilidad de envenenar nuestra arma para que poco a poco caiga la vitalidad rival una vez les alcanza nuestro golpe, entre otras opciones. No son cambios muy notables, aunque le aportan algo más de profundidad.

Junto a las armas a una mano, a dos y a distancia, podemos cambiar el equipamiento con diferentes yelmos, armaduras o escudos que vamos encontrando a lo largo de las localizaciones. Cada arma ofrece una cantidad de ataque, mientras que el resto se centra en la defensa y las distintas resistencias. Hay muchos tipos de equipamiento para crear un héroe a nuestro gusto, pero cuidado, ya que cada parte tiene un peso que irá ralentizando los movimientos del personaje, especialmente si superamos el límite marcado. Por otro lado, también se pueden comprar útiles con el dinero obtenido, crear nuevas armas con los materiales necesarios al conseguir sus planos o utilizar recetas e ingredientes para que nos cocinen mejores platos y aumentar la vitalidad de Redgi.

Un aspecto que nos ha gustado mucho son los escenarios, que son amplios y cuentan con ciertas rutas y secretos a las que solo tenemos acceso tras conseguir la herramienta o habilidad adecuada. Es cierto que el objetivo principal siempre aparece marcado y hace que nuestras rutas suelan ser bastante lineales, pero también hay cierta libertad para buscar cofres ocultos con poderoso equipamiento y formidables e inesperados enemigos a los que enfrentarnos.

Y hablando de enemigos, no solo hay muchos tipos de anfibios a los que enfrentarnos, cada uno con ciertas peculiaridades que debemos aprender para poder derrotarlos, sino que también encontraréis bichos voladores, otros terrestres o incluso ratas zombi, entre otros, haciendo que nunca caiga en la monotonía. Por si fuera poco hay jefes con una amplia vitalidad que van variando su patrón de movimientos a medida que ésta baja para hacer que sean más desafiantes. Además, cuando están a punto de morir se nos da la posibilidad de rematarlos de una forma bastante vistosa.

En cuanto a duración, Tails of Iron da para unas diez horas que pueden verse ligeramente ampliadas si os dedicáis a realizar las tareas secundarias, con algunas que no son tan optativas como en un principio pudiera parecer. No es un título especialmente largo, pero las horas han sido muy bien aprovechadas. Lo que sí notaréis son algunos picos de dificultad, aunque por suerte siempre tendréis puntos de guardado cercanos  en forma de bancos.

El apartado gráfico resulta muy vistoso gracias a su genial dirección artística, con montones de personajes diferentes bien animados y escenarios variados cargados de detalles que nos dan la sensación de estar metidos en un cuento. Además siempre se reflejan los cambios de equipamiento en nuestro héroe, hay buenos efectos y funciona con mucha fluidez en todo momento para que la experiencia sea satisfactoria.

En el sonoro tenemos melodías que acompañan bien nuestras aventuras pero que se quedan en un segundo plano para dar protagonismo a la ambientación. Los personajes no tienen voz más allá de emitir un molesto y estridente sonido de flauta y mostrar lo que quieren expresar en bocadillos con imágenes, siendo en este sentido lo mejor la narración de Doug Cockle, siempre acompañada de textos en nuestro idioma.

Como conclusión, Tails of Iron es una aventura que destaca por su ambientación, los combates, su dificultad y posibilidades de personalización del protagonista, contando con unos escenarios lineales que, si bien ocultan algunos secretos, nos han sabido a poco en las diez horas de juego. Hay algunos aspectos mejorables, como un sistema de control un tanto rígido o la exploración, pero en general ha resultado ser una experiencia muy grata por su variedad de situaciones.

Un viaje realmente entretenido, con batallas que ofrecen un desafío a la altura y una buena narrativa que sabrán cautivar a aquellos jugadores a los que les atraiga su propuesta.

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