Vídeo análisis de Edge of Eternity

Un ambicioso JRPG os espera con el nuevo juego del equipo independiente Midgar Studio y la editorial Dear Villagers, Edge of Eternity.

La desarrolladora independiente Midgar Studio y la editorial Dear Villagers traen a consolas, con lanzamiento en formato físico por parte de Meridiem Games, un ambicioso JRPG con combates que utilizan un sistema de tiempo activo inspirado por los clásicos del género, Edge of Eternity. Un título que, a pesar de utilizar muchos conceptos conocidos por los seguidores del género, intenta conseguir su propia personalidad con algunos detalles que podréis descubrir en nuestro análisis.

Su historia nos traslada hasta el mundo de Heryon, donde todo era pacífico hasta que aparecieron unas misteriosas aeronaves metálicas. Al principio compartieron su tecnología y conocimientos para hacer que el planeta prosperara, pero un día, sin previo aviso, decidieron que ya no eran dignos de sus favores y comenzó la guerra, estando los habitantes de Heryon indefensos ante tal poder. Bajo el estandarte del Consorcio, varias naciones decidieron hacerle frente y recuperaron parte del terreno perdido tras años de guerra. Aquí conocemos a Daryon, un soldado del Consorcio, y a su hermana Selene, una sacerdotisa, que dejan atrás sus labores para intentar salvar a su madre y al resto del planeta del mayor poder enemigo, una extraña infección conocida como la Corrosión, comenzando a partir de este momento un largo viaje para encontrar una cura.

Esta trama esta bastante bien construida y narrada, tratando temas como la amistad, el amor, la lealtad o hasta donde estarías dispuesto a llegar para cumplir tus objetivos, entre otros. Cada personaje tiene sus propias motivaciones en este mundo, encontrando montones de giros, toques de humor y sorpresas desde los primeros pasos en una aventura que se divide en varios capítulos. Además, y como punto positivo, todos los textos del juego han sido traducidos al castellano para que sea más accesible.

Las mecánicas de Edge of Eternity les resultarán bastante familiares a todos aquellos jugadores habituados al género, estando ante un amplio mundo a recorrer lleno de ciudades con posadas en las que descansar, comer para obtener beneficios y mantener algunas conversaciones que se desbloquean al avanzar, abastecernos de nuevos objetos y equipamiento en tiendas, mesas de trabajo en las que crear diferentes útiles con los materiales y recetas que conseguimos, o tablones y ciudadanos que nos ofrecen diferentes tareas optativas con jugosas recompensas. Hay una barra de resistencia que, a medida que desciende, hace que nuestros personajes se debiliten, por lo que es muy necesario descansar de vez en cuando para recuperarla.

Con el fin de que sea más sencillo desplazarse por los escenarios, contamos con puntos de guardado que sirven como teletransportadores una vez activados, una criatura conocida como Nekanguro que podemos usar como montura para viajar con rapidez y localizar ciertos objetos enterrados gracias a su olfato u hogueras en las que cambiar la hora del día.

Por supuesto, también hay montones de criaturas deambulando por su mundo, indicándose en todo momento su poder y el nivel de peligrosidad mediante el color en el que aparece el texto. Si los golpeamos antes de que entren en contacto con nosotros obtenemos una pequeña ventaja al comenzar. Una vez dentro de las batallas, su mundo pasa a estar dividido en casillas hexagonales por las que podemos desplazarnos para intentar flanquear a los rivales, usar los diferentes útiles de los escenarios o, simplemente, por esquivar los ataques enemigos y trampas.

Cada personaje cuenta con una barra de vitalidad, otra de magia y la de BTA, que es la que indica el momento en el que podemos realizar nuestras acciones y que requiere rellenarse de nuevo para utilizar ciertas habilidades especiales. Como siempre podemos atacar, lanzar magias, técnicas especiales, objetos que hayamos asignado previamente a cada personaje, huir, desplazarnos o pasar el turno. Llegado el momento aparecerá una nueva barra que, tras atacar y recibir daños, se va rellenando poco a poco para poder desatar la habilidad más poderosa de cada miembro del grupo.

Son batallas muy interesantes y desafiantes, especialmente cuando entran en juego los efectos alterados, las trampas, cristales útiles repartidos por cada rincón con diferentes efectos o máquinas que podemos utilizar para derribar a enemigos poderosos y deshacernos de grandes oleadas rivales, entre otros. Antes de empezar estas batallas también es posible cambiar el posicionamiento de nuestros personajes en el menú y así plantear una estrategia. Por supuesto, cuanto mayor sea el número de enemigos, más complicado será acabar con ellos, donde hasta los más débiles pueden ponernos en un aprieto si no actuamos con cautela. Tampoco podían faltar los jefes, que a veces añaden nuevos elementos a los combates para que sean más interesantes. Además hay varios niveles de dificultad entre los que elegir para adaptar la partida a vuestras preferencias.

Como es habitual, al ganar combates en Edge of Eternity conseguimos experiencia con la que subir de nivel y mejorar los distintos parámetros de cada miembro del grupo, dinero conocido como Heyros y diferentes objetos. Nos ha gustado mucho que en cada combate haya objetivos secundarios a cumplir que otorgan más materiales, objetos, dinero o experiencia extra, con recompensas más valiosas cuando nos enfrentamos a los jefes.

Tan importante como todo esto es el equipamiento. No solo podemos ponerle piezas para las diferentes parte del cuerpo que mejoran las estadísticas generales de los personajes, sino que además encontraréis muchos tipos de armas a conseguir, ya sea explorando, comprándolas o creándolas mediante recetas, al igual que el resto. Estas armas también suben de nivel, lo que a su vez nos da acceso a nuevas ranuras de cristales a equipar para aumentar las estadísticas del personaje y aprender más habilidades que después podemos usar en combate. Como curiosidad, aunque a veces comparten algunas piezas a equipar, muchas de ellas son exclusivas según su estilo.

Otro aspecto que encontraréis a lo largo de la aventura en Edge of Eternity son los puzles, algunos optativos para conseguir recompensas y otros obligatorios para poder avanzar en la trama. Al igual que los combates, se basan en casillas hexagonales que nos obligan a movernos de una forma u otra para abrir puertas, evitar trampas o mover a pequeñas criaturas eléctricas, entre otras. Son entretenidos y le aportan más variedad al desarrollo.

Hemos de decir que el mundo del juego es gigantesco, con montones de ciudades, tareas secundarias a realizar, tesoros ocultos, mazmorras, variedad de biomas, transición entre el día y la noche y varios efectos climáticos. Esto hace que recorrer cada rincón de los mismos sea un placer, encontrando muchos secretos que evitan caer en la monotonía. Es cierto que hasta más o menos la mitad del juego no empezamos a vez zonas más abiertas o a conocer a nuevos miembros de nuestro equipo, pero nos ayudan a habituarnos a sus mecánicas.

A nosotros la campaña nos ha dado una duración por encima de las 40 horas dedicándonos a hacer muchas secundarias, aunque todavía nos quedaban algunas y, sobre todo, mucho equipamiento y armas por fabricar.

Pasando al apartado técnico, hemos encontrado algunos problemas que afean el resultado general por la gran ambición del juego, al menos en la versión de PS5, que es la que hemos jugado. Hay mucho popping, carga tardía de texturas, una tasa de fotogramas poco estable incluso en el modo rendimiento, menús que dan fallos, ciertos problemas de colisión, secundarios muy genéricos y que distan mucho de los protagonistas o varios bugs que necesitan solución, si bien es entendible al tratarse de un equipo de desarrollo muy pequeño y tener un presupuesto muy ajustado. A pesar de ello, sabemos que trabajan continuamente en ofrecer el mejor producto posible, sacando parches que van corrigiendo estos errores. Donde no tenemos ninguna pega es en lo artístico, con escenarios que la mayoría  de las veces dejan estampas de gran belleza.

El sonoro es bastante mejor, con montones de melodías de gran calidad creadas por Cédric Menéndez y algunas contribuciones del legendario compositor Yasunori Mitsuda, a quien conoceréis por su trabajo en juegos como Chrono Trigger, Final Fantasy XV o Xenoblade Chronicles. Ciertos efectos son mejorables, pero las voces, tanto en inglés como en japonés, son muy buenas. Los textos, como hemos avanzado, nos llegan en castellano. Este apartado tampoco está exento de problemas, desapareciendo a veces el sonido o con textos sin traducir.

En definitiva, Edge of Eternity ha sabido coger lo mejor del género para ofrecernos un producto muy completo y entretenido, con unos combates genialmente diseñados que ofrecen un desafío a la altura, una historia bien trabajada o un precioso y enorme mundo a recorrer lleno de tareas optativas a realizar. Lo malo es que esta ambición ha llevado a tener varios problemas técnicos que necesitan solución, especialmente en cuanto a bugs que estropean la experiencia. Aún con sus defectos, hay que reconocer que es un gran producto para ser un equipo que lo forman unas diez personas.

Si os gustan los JRPGs, creemos que más allá de sus problemas merece una oportunidad por parte de los jugadores, dando un voto de confianza a un producto que, una vez pulido, puede dar muchas alegrías.

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